Pareciera ser que la corrupción como la mentira se han convertido para desfortuna del país en una costumbre arraigada en nuestra historia política, nuestra cultura y organización social.

Ambos fenómenos crecen como una llamarada que nadie puede controlar, la maldad campea, donde los escándalos son peores cada día, todo se compra y todo se vende, desde la contratación hasta las conciencias, pasando por las campañas electorales.

Lo lamentable de lo expresado es que la acción del Estado no ha sido lo suficiente para reprimir este cáncer que desfonda el erario, pero si incrementa el patrimonio de unos cuantos, con investigaciones endebles, sanciones laxas, una aplicación generosa del principio de oportunidad, también llamado de impunidad, y lo más sorprendente unos siguen en sus cargos amparados en una indebida interpretación de la presunción de inocencia, con el apoyo político como escala superior a los principios morales y éticos.

Desconcierta lo sucedido con un excandidato presidencial que no solo le mintió a su partido, sino que basó su campaña en fustigar a sus rivales posando de transparente, invocando la moralidad y la ética política, cuando tras bambalinas ocultaba apoyos económicos en favor de su causa proselitista, será la justicia la encargada de esclarecer esos montajes electorales donde vuelve aparecer la figura del actual Registrador Nacional como el artífice del tape tape cuando se desempeñaba como consejero del organismo electoral, corporación cuestionada no solo por su origen sino por sus parcializadas actuaciones.

Un basta ya, a este relajo moral y antiético en todas las instancias del poder público.

ADENDA: ¿Se podrá tener unas elecciones transparentes con una registraduría dirigida por un funcionario que no genera ninguna credibilidad institucional? ¿Quiénes lo eligieron responderán por la culpa ineligiendo expresión latina que traduce como la culpa en la elección? ¿Por qué el silencio del organismo disciplinario frente ante la indebida presión oficial del ministro del interior ante el consejo electoral buscando decisiones contra derecho en desmedro de la corriente liberal? ¿Que pretende el presidente al cambiar la denominación secuestro por retención? ¿Al tenor de la jurisprudencia nacional vigente y el marco constitucional, la emergencia económica y social fue decretada en debida forma? ¿Ha entrado el Congreso de la República en una capitis deminutio o disminución de su capacidad legislativa, por cuanto el presidente legislará ya a través de decretos?

*Ex magistrado

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