Por José Ferney Paz Quintero

Que interesante sería que desde la cúpula del gobierno se permitiera dentro de los espacios de la democracia, el debate civilizado, amplio, abierto, directo, ya que pretender que un país de más de 50 millones de habitantes, se piense igual, no solo es imposible, sino lamentable por cuanto la diferencia bien manejada, es la fuente de pensamiento, el debate democrático permite construir sociedades justas y equitativas, pensar diferente es liberarse de forma regular de aquello que lo limita, y por lo tanto se debe respetar.

La máxima NE QUID NEMIS: huyamos de los extremos, seria principio a seguir en la actual coyuntura, donde desempeña papel primordial la sociedad civil, entendiéndola como el lugar donde surgen y desarrollan los conflictos económicos, sociales, ideológicos, políticos, religiosos, que las instituciones estatales tienen la obligación de resolver, mediándolos, previniéndolos, donde los partidos políticos deben demostrar la razón de ser, que cumplen la función de seleccionar, agregar, trasmitiendo las demandas de la sociedad, con voceros autorizados, transparentes en su ejercicio partidista, que dignifiquen la condición del político.

Ahora bien, necesario recordar que en nuestra estructura institucional existe la separación de poderes, con una relación armónica entre los mismos, sin injerencias indebidas por parte del ejecutivo, pero al parecer se palpa un enfrentamiento, que afecta la gobernanza y sirve para tender una cortina de humo a las difíciles circunstancias de orden público por la que atraviesa la sociedad colombiano, bloqueos regionales, marchas de protestas, las muertes de líderes sociales, la inconformidad social por el costo de vida, la alta inflación, ministros cuestionados, sin considerar la denuncia por acoso sexual contra una integrante de la casa presidencial, activista político de un importante departamento del país.

Sirva este artículo, para concluir que la separación de poderes consagrada constitucionalmente contra los abusos de la autoridad, no debe convertirse en un obstáculo para la acción eficaz de estado.

ADENDA: El abuso estatal ha llegado hasta el extremo de prohibir el uso del carro particular con unas medidas ilógicas consagradas en la fórmula del pico y placa en esta capital, considerando su uso como delincuencial por parte de una alcaldesa más dedicada al protagonismo que al correcto ejercicio de sus funciones misionales, pero si presta a recaudar el impuesto de rodamiento, gravamen con características DE COBRO DE LO NO DEBIDO, pues adolece de causa legal, toda vez que no nace la obligación jurídica tributaria, por cuanto el rodamiento vehicular viene siendo restringido hasta por tres o cuatro días en la semana.

Menos mal se acerca el calendario electoral para el cambio de estos pichones de gobernantes, arbitrarios y dogmáticos.

Adenda dos: Grima produce la presentación personal de algunos altos funcionarios del estado, como integrantes del legislativo y recién nombrados embajadores, hasta el punto que coloquialmente se afirma que “estaban mejor vestidos los muñecos de año viejo”.

*Ex magistrado

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