La elección de la doctora Luz Adriana Camargo, devolverá la confianza a una institución venida a menos por haberse convertido en una variada gama de irresponsabilidades constitucionales y legales. Desde que nació, nació coja, y no es porque la pata que la hacía flaquear se cayera por su propio peso o debilidades por su creación, lo fue, porque los gobiernos de turno la querían a su imágen y semejanza, para que sus titulares se convirtieran en sus amanuences políticos para la provisión de sus cargos de mediano y alto nivel ejecutivo o cómplices de las pilatunas de sus amigos – salvo algunas excepciones a la fecha- pocas, poquisimas, han sido las experiencias de los fiscales apegados a la justicia, respetuosos de la constitución y éticos con sus deberes.

El cargo tuvo su mayor agravamiento por la elección de Néstor Humberto Martínez Neira, no por sus méritos éticos y JUDICIALES , que no los tenía, lo fue por el inmenso poder político y manejo de obscuros intereses económicos que tenía con empresas que fueron ahitadas durante el mandato del presidente Santos. A partir de ese momento fue mayor el peligro de la credibilidad de la fiscalía, pues solo le quedaba una pata para sostenerse, porque el andamio amenazaba con derribar el equilibrio de la justicia, y suas!! terminó muy mal, con los escándalos de Odebrecht a cuestas.

El poco sostén que le quedaba a la institución se vino abajo, cuando el último fiscal, amigo de las entrañas del ex Duque proveniente de la escuela de burócratas de alto vuelo con alas negras de la universidad Sergio Arboleda, fue ungido vergonzantemente como fiscal general de la nación, en un momento crucial en las investigaciones penales de personajes, de aquí para defenderlos y de acuyá para acelerarles imputaciones, acusaciones y juicios. Pues, además, se valió del cargo para obtener privilegios personales, beneficios familiares y despilfarro sin techo, los que fueron tapados después por el contralor parcero.

Lo peor de todo, fue la penetración del crimen que permeó las capas superiores de la entidad y que influyó sobre algunas inferiores, y la facilidad desde adentro para encubrirlas. La novela terminó con la vicefiscal archivando a su favor lo que pudo antes de terminar su corto vuelo. De ingrata recordación, no muy lejos de suceder, lo que le correspondió al fiscal Luis Camilo Osorio, que fue señalado de connivencia con el paramilitarismo, en las épocas de la seguridad democrática. A este fiscal le tocó la transformación histórica del sistema penal inquisitivo y su tránsito al acusatorio, que le dió a la fiscalía, amplios poderes en la persecución del crimen, pues los jueces fueron relevados totalmente de ocuparse en la investigación punitiva. Los dientes afilados del inaugurado sistema acusatorio sirvió para catapultar la supremacía de la cima, la que fue aprovechada por Barbosa, quien se encontró por primera vez, con un gobierno enemigo de sus posturas e intereses ideológicos, personales y pendencieros.

Innumerables tesis doctrinales establecen la conveniencia de la congruencia politica del fiscal con el presidente nominado, otros piensan que debe ser contrario entrambas posiciones políticas. A mí juicio debe ser un fiscal que asuma modos diferentes de líneas doctrinarias en materia política, ajustados estrictamente a la constitución y la ley, que no ocurra como consuetudinariamente pasa, un fiscal que posa de respetuoso pero de dientes para afuera, Pero por dentro, gusanos devorándose el cadáver. En la exposición de Siete puntos de la doctora Camargo, resume su programa estructural de su mandato, en los que promete aupar una institución esencial de la justicia y estandarte de la democracia, destaca en ellos, una disminución de los niveles de impunidad, acercar la confianza de la ciudadaníap con el organismo, lucha frontal a la corrupción, trabajo con resultados,p y relaciones armónicas y respetuosas con las demás ramas del poder público.

El tiempo será su mejor aliado. “La fiscal no solo debe de ser buena, sino demostrar serlo” semejando una frase del emperador romano Julio Cesar Gayo. Cómo debe ser “el deber ser” de toda la función publica y sus servidores. Apunte final : Se ha abierto una discusión jurídico constitucional con el nombramiento de la fiscal dra Camargo, por la renuncia antes de su elección definitiva por la CSJ, de la ternada doctora Amelia Pérez, y al respecto se han avanzado muchos conceptos. En un estado-complejo del derecho como el nuestro, será mejor esperar sí en un paisaje juridico tan vasto en Colombia, no faltará la figura que demande la elección de la fiscal. Amanecerá y veremos dijo el invidente.

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