Por:Manuel Gómez Sabogal

En muchas ocasiones, algunos jóvenes en sus redes sociales hablan sobre hechos banales y algunos, de poca trascendencia. Eso hace parte de su cultura, su estudio, sus ganas de ser reconocidos.

Muestran fotos y, si son mujeres, su cuerpo casi al desnudo, escriben frases y poco o nada se dejan conocer de quienes leen o revisan las redes.

Así mismo, algunas niñas, menores de edad, tienen baja su autoestima, debido a que distorsionan su imagen en las redes sociales, gracias a los “ejemplos” que tienen alrededor. Muchas ven que su cuerpo no es el que quieren. Lo desean mejor, como el que ven en las estrellas, influenciadores o modelos.

No tienen confianza en ellas. No ven la belleza en lo natural, porque lo que transmiten las redes es diferente. Utilizan las redes para buscar lo mejor, pero están equivocadas. 

Un problema grave es cuando algunas personas ponen “señales” en sus redes sociales y no nos damos cuenta sino después. No vemos esos signos o peticiones de auxilio en muchos casos.

¿Has visto esta imagen en algún perfil?

Con respuestas como esta: “Yo También & Nadie Se Preocupa Por Mí! Siento Que Nadie Me Quiere”

Traigo a colación algunos ejemplos:

“Me la paso publicando cosas de amor y ni me quieren”

“Qué lástima la soledad. Sin quien tener al lado que esté a las buenas y a las malas compartir todo. 😞”

“Siempre presente y pronto juntas💔💔😢😢” (la madre falleció)

Otro caso que me llamó la atención y que vi después de su muerte, fue el de una joven que había puesto varias señales en su Facebook, pero sus amigos no entendieron o no visualizaron bien:

  1. Ahora sí, vamos a brindar por EL AUSENTE. 2. Una imagen salida de un juego, según me contaron, con un título como “Morir en abril”. La última imagen muy diciente: “No sé por qué nadie me habla”.

 Y, ella se suicidó en abril de 2019. Tenía escasos 20 años.

El problema del suicidio es grande en el país. En el Quindío, también. No miremos hacia atrás para buscar culpables. Prefiero que hallemos soluciones.

Al llegar a las universidades, muchos ni saben qué van a estudiar. Cambian de carrera cada que pueden, pues no encuentran la adecuada, la que es para ellos, la que es de ellos. Muchas veces deben estudiar en la universidad donde pueden, no donde quieren, ni lo que desean.

La situación económica, ahora, es asfixiante en todos los hogares. Las universidades hacen lo imposible para capturar jóvenes. Rebajan matrículas, las dividen, buscan fórmulas para que el dinero entre. El estudiante es lo de menos. Es un número, una cifra más, un puesto en el curso.

Bienestar Institucional, en cada Universidad debe propender por acercarse más a los jóvenes para que estos sean partícipes en la construcción de sus carreras, de sus vidas. Cultura, deporte, arte, conferencias, talleres, actividades que lo alejen de la droga y le ayuden a formarse como persona. Eso y mucho más, necesitan los jóvenes en las universidades.

En escuelas y colegios también debe existir apoyo para los niños y adolescentes. Se están quedando muy solos. Hasta en la casa se sienten solos.

Los problemas de los jóvenes se quedan con ellos y por eso, recurren a las drogas, al licor (otra droga) o se encierran en su soledad y la depresión los agobia…

Hay señales y debemos estar atentos. Que no suceda más. Afecto, abrazos, comunicación.

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