El balcón de la Plaza de Armas Casa de Nariño es su tribuna favorita, seguida de tarimas en plazas públicas, organizaciones internacionales y canales certificados de audiencia, en redes sociales como Twitter. A pesar de tantas oportunidades, sus mensajes dejan traslucir su propia angustia e incertidumbre. Cada vez más agresivo, muestra los dientes por doquier pero, en vez de levantar el ánimo del pueblo colombiano, genera más desconfianza y desconexión con sus propios electores.

Llegó la revolución

Ante el fracaso de las componendas politiqueras en el Congreso con sus aliados y del mínimo impacto de las supuestas marchas multitudinarias respaldando sus descalificados proyectos, salta por fin desde sus adentros, la palabra mágica que domina su intelecto: ¡revolución! No transmite optimismo ni constituye un símbolo de unión nacional. Como buen populista que es, sigue enfrentando a unos y otros sobre el supuesto de que los empresarios, generadores de riqueza y empleo, son los enemigos del pueblo. Posa de Simón Bolívar y se compara, sin sonrojarse, con Alfonso López Pumarejo y Jorge Eliécer Gaitán. Cada que habla crea una posverdad o fake news que sus adiestradas y bien pagadas bodegas replican. Cuando expresó que el mundo necesitaba un gobierno global lo suficientemente fuerte, se puso del lado de la eliminación de las nacionalidades y del globalismo que auspician, promueven y financian, las organizaciones patrocinadas por George Soros.

Guardia Indígena Nacional vs Guardia Real Española

Desde Madrid, llegan imágenes que mezclan el Carnaval de Barranquilla, el protocolo de la corona española, la moda de la ‘auténtica’ Verónica Alcocer, el rechazo y la retirada de la bancada de Vox por la presencia de Petro, la llegada al Palacio Real en el Rolls Royce de Franco, su silencio absoluto frente a la expoliación del imperio español a la población ancestral de Latinoamérica que a gritos expresó en el balcón el pasado 1 de mayo en Bogotá, llamándolo “el yugo español”, frase que hoy están citando los medios españoles entre los cientos de críticas a su presencia y actuación en la visita oficial a España. Mejor dicho, el circo se internacionaliza totalmente.

Entretanto, en la Plaza de Bolívar.

El miércoles 3 de mayo, formaban filas en perfecto y amenazante orden, uniformados, embanderados y enmascarados, la famosa Guardia Indígena Nacional, conformada por disidentes de las guerrillas, miembros activos que las representan y viejos milicianos reclutados claramente para conformar una fuerza capaz de defender el régimen disfrazados de inocentes campesinos marginados.

Su permanente alharaca

El “decrecimiento económico”, fundamental en la estrategia de la revolución

Su permanente alharaca del cambio sobre la base de la teoría del decrecimiento económico, es sin duda, el deseo de volvernos pobres a todos para que dependamos de la ayuda magnificente del estado que en un futuro cercano, dirá cómo debemos pensar, en qué debemos creer, tras el adoctrinamiento a niños y jóvenes en las escuelas y el abatimiento de la voluntad del pueblo, adormecido con migajas, enfrentando la nueva geografía social.

La gran mentira

Con la gran mentira y el paupérrimo argumento de defender la actual civilización del aniquilamiento al que nos conduce la explotación de la tierra, quiere este gobierno, eliminar la extracción de los minerales fósiles dizque para contribuir al combate del cambio climático, mostrándose como adalid mundial de la causa, siendo en la realidad Colombia un país que solo aporta un 0,02 de la emisión de gases de efecto invernadero, situación está que puede revertirse con reforestación y medidas de control de minería ilegal y narcotráfico, industrias en manos de bandidos que quieren sumarse a la Paz Total que está exportando y pregonando el nuevo Mesías de Colombia.

Petro el autócrata, parece desear en su ensoñación, por ejemplo, que se acaben las regalías en el país que alcanzan los 20 billones de pesos, dineros que se invierten en educación, salud, desarrollo vial, fomento empresarial y más. Igualmente, habiendo gas de sobra en el territorio nacional, quiere que no se explore más con el único fin de comprárselo cinco veces más caro a Venezuela.

Con tenis o descalza

Si algo caracterizó al gobierno de López Pumarejo fue la oportunidad que le dio a jóvenes competentes como Darío Echandía Olaya, la conciencia jurídica del régimen, quien impulsando la reforma constitucional de 1936, acercó al país a la modernidad de los tiempos, fruto de la revolución industrial, de la explosión sindical, etc. En cambio, salvo los ministros de fachada del igualado, a los que ya sacó, los demás han dado muestras suficientes de intolerancia e incompetencia como aprendices, sin ningún recorrido en el sector público y privado, animados por la ideologización progre. Con tenis o descalza, Irene Vélez es una pésima ministra.

Las encuestas

Que levante la mano aquel que crea que las cosas van mejor en el país. Las encuestas lo gritan con un rechazo del 85% a las propuestas de cambio del megalómano que nos conducirían a la miseria. De once viajes al exterior en nueve meses, no ha traído un solo convenio en beneficio de un verdadero avance para Colombia.

¿Independiente u opositor?

El Partido Conservador es independiente, no opositor

Tanto esta colectividad como el liberalismo, abandonaron hace tiempo sus principios y se volvieron solo empresas electoreras unidas por un símbolo para llegar al umbral y ser contados. Cada empresa tiene sus jefes que no les responden a los directorios regionales y/o municipales. Pero que no se les olvide a quienes posan de independientes de los liderazgos nacionales, que el Fincho y César Gaviria son los que dan los avales para concejos, asamblea, alcaldes y gobernadores, lo que significa que quien no acate las directrices que impartan, muy seguramente no encontrarán acogida en las listas de los partidos liberal y conservador.

El comienzo del desmoronamiento

El daño que Carlos Trujillo y el Fincho Cepeda le han hecho al Partido Conservador Colombiano, pasará a la historia como el comienzo del desmoronamiento y desmoralización de una colectividad con una trayectoria plena de realizaciones en 174 años de existencia.

El Fincho tiene intervenidos todos los directorios departamentales. Ni Laureano Gómez, ni Mariano Ospina Pérez ni Misael Pastrana ni Álvaro Gómez tuvieron tanto poder como este señor sin formación filosófica y con una averiada moral política. Falta muy poco tiempo para las elecciones y no hay directorios municipales ni departamentales conservadores en todo el país. Solo existe el Directorio Nacional que amplió su periodo de manera irregular, perpetuándose en el manejo de los dineros que recibe del estado. Para ocupar una posición en la sede del barrio La Soledad en Bogotá, hay que ser de la costa Caribe. Los demás departamentos permanecen con la silla vacía.

Un partido que no les habla a los jóvenes, que no propone nada, que no promueve sus fundamentos de libertad, respeto a la democracia y a la legalidad, está tristemente llamado a perecer. No les alcanzó para ser oposición. Pero aquí seguimos, en la lucha.

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