A raíz del rodaje de la Copa América la mayoría de las competiciones en el continente hacen un alto para seguir el accionar de la selección de su país. Es así como el torneo de ascenso también cerró su primer tramo para ya pensar en el segundo semestre.
Por: Cristian Marín Zuluaga
Quindío culminó las primeras 16 fechas con un puntaje vergonzoso, lejos del grupo de los ocho y lo peor sin esperanzas de poder verlo repuntar en las siguientes 16 jornadas que complementan el calendario regular.
Es obvio que el milagroso debe ser ajustado para lo restante, se debe reforzar el equipo para buscar una mejor colocación y más que eso, para conseguir el boleto a los cuadrangulares que dictaminaran a final de año los dos equipos que verán el ascenso.
Ya varios clubes han confirmado la contratación de jugadores, Bucaramanga sigue vinculando jugadores para certificar su liderato, la intensión de las directivas del leopardo es aguantar el envión deportivo y económico para regresar a la primera categoría.
Mientras Bucaramanga y otros clubes se refuerzan, el Quindío sigue inmerso en la indolencia, sin jugadores de jerarquía y la imperiosa necesidad de reputar para salir de apuros.
Aún falta para reanudar el campeonato, la corta pretemporada se debe hacer con las nuevas caras para encontrar resultados positivos, esto con el firme propósito de permitirle al jugador engranar en lo físico y futbolístico.
Aun en Armenia los dirigentes no se pronuncian, la plantilla se mantiene y seguramente desde Popayán llegarán los flamantes refuerzos. Sea lo que sea el Quindío urge de resultados para aspirar a pelear el ascenso, claro está que la sangre nueva es necesaria para darle un giro al funcionamiento del equipo de Prince.
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