Por: Andrés F. Zapata
Es cierto que las empresas prestadoras de los múltiples servicios de seguridad dentro de una empresa, edificios o conjuntos residenciales permanecen alerta en su labor con el propósito de velar por nuestra seguridad y tranquilidad. Pero ¿qué sucede cuando suceden atracos dentro de un sitio que está bajo vigilancia privada? ¿En estos casos quien responde?
Ante los últimos hechos registrados de atracos a condominios cerrados ubicados en diferentes zonas rurales del departamento e incluso dentro del perímetro urbano de los principales municipios quindianos, muchos pobladores se cuestionan sobre el nivel de seguridad que se tiene por parte de las empresas prestadoras del servicio de vigilancia y control en estas zonas cuando se supone cuentan con diversos y novedosos sistemas que sirven para brindar un máximo de tranquilidad hacia los residentes del sector, pero que aun así resultan siendo vulnerados ante las artimañas de los delincuentes, que tal como ha sucedido en los últimos días, se han llevado a cabo atracos sin ellos darse ni por enterados.
Esta es una realidad que ha ido incrementando en nuestro departamento, en donde no bastan los atracos “casuales” hacia ciudadanos incautos que en cualquier calle son abordados por delincuentes para despojarlos de sus pertenencias, sino que también se están presentando cada vez con mayor reiteración, casos en donde los delincuentes conocen de cerca y hacen inteligencia a sus víctimas, ya sea para interceptarlos en medio de la carretera con la intención de un secuestro, tal como sucedió hace poco, o entrar a sus viviendas en donde saben que cantidad de dinero tienen o que elementos de valor guardan; lo anterior sin que ninguna autoridad se percate de esto en ningún momento.
Las agencias de vigilancia, así como las autoridades policiales o militares, están en la obligación, por medio de sus mecanismos, de garantizar a toda costa la seguridad de los ciudadanos o del grupo específico del que están encargados salvaguardar. No se puede permitir bajo ninguna circunstancia que casos como los atracos a conjuntos residenciales se sigan presentando, en donde precisamente los vigilantes o mejor aún la empresa en general de vigilancia, no da respuestas ni soluciones a los casos presentados, generando con esto zozobra e incertidumbre entre los residentes del barrio, conjunto o edificio afectado, ya que esto significa una escasa reacción y compromiso por su parte.
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