gerente-aerocafeTres años y seis meses estuvo en la gerencia de Aerocafé el ingeniero Luis Fernando Mejía Gómez quien atenderá la invitación de la Vicepresidencia de la República para laborar en la división de infraestructura.

El macro-proyecto sigue paralizado por falta de recursos del nivel nacional pese a la promesa de grandes giros en los gobiernos de Alvaro Uribe y Juan Manuel Santos quienes en campaña siempre hablaron del decidido respaldo a la obra, de la cual son socios la Gobernación de Caldas, las alcaldías de Palestina y Manizales, InfiManizales e InfiCaldas, entidades que no aguantan más

Hace cinco años, muchos dirigentes, entre ellos los políticos, daban como año de inauguración del  aeropuerto el 2012, pero la realidad es otra cuando transcurridos 22 meses los terraplenes no se han tocado y los trabajos civiles no han comenzado.

Para nadie es un secreto que mientras estuvo como gerente de Aerocafé el exdirector de Corpocaldas y excandidato a gobernador de Caldas, Francisco José Cruz Prada poco se avanzó y los escasos recursos, extrañamente se esfumaron, sin que a la fecha haya explicaciones donde y en qué forma quedaron invertidos.

Para el renunciante Mejía Gómez la clase dirigente caldense sigue interesada en sacar adelante la anhelada obra, pero son más las frases protocolarias y las declaraciones a los medios. Nadie se compromete, simplemente se remiten a que habrá reuniones y nuevas peticiones a la Presidencia y ahora a la Vicepresidencia que manejará con Planeación y el Ministerio de Hacienda los presupuestos para las regiones en los siguientes cuatro años.

Por eso la gente no puede olvidar que Cruz Prada fue llevado a la gerencia por  el exministro Oscar Iván Zuluaga y la exsenadora Adriana Gutiérrez con los nefastos resultados. Hoy hay otro dimitente y nadie entiende que pasó en la Asociación Aerocafé en casi dos años sin el movimiento de una pala en Palestina.

Por todo lo acontecido hasta habrá que darle la razón al escritor Gustavo Alvarez Gardeazábal, enemigo de Aerocafé quien permanentemente en la Luciérnaga de Caracol habla en contra y dice que es como un aeropuerto clandestino, innecesario para los caldenses.

Aerocafé requiere de 700 millones de pesos mensuales para el funcionamiento y respuesta a la nómina de empleados.

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