08aa0c86cd52fdb65cd63fd579fb0b68Por Andrés F. Zapata

Tal vez sea cierto lo que muchos dicen acerca de la pólvora en la navidad. La pólvora es alegría, es vida, es la exclamación y la expresión de que a pesar de las adversidades la gente se siente contenta de que haya comenzado la mejor época del año.

Personalmente me gusta que se escuche, que se vean los juegos pirotécnicos, me gusta observar la cara de felicidad de los niños al ver en el cielo, figuras y destellos formarse, llenos de colores y de mucha alegría. Pero todo manejado con responsabilidad y bajo la dirección de personas conocedoras del tema.

A pesar de que la policía salió a decir que iban a extender los controles para evitar la comercialización y quema de pólvora, durante gran parte de la noche del pasado domingo, cuando las personas se disponían a recibir diciembre, se escuchó por toda la ciudad las explosiones descontroladas de esta alegre, pero peligrosa costumbre, durante la denominada alborada.

Menos mal no se presentaron quemados, pero de continuar los permisos para la libre comercialización, no demoran en aumentar las cifras de principalmente niños heridos, como ya se registró en el mes recién concluido.

Son varios los sitios donde se comercializa este producto, plenamente identificados por las autoridades, y hasta donde puede ir cualquier persona a adquirir este letal mecanismo de pirotecnia, si no se sabe manejar. El grave problema es que las autoridades parecieran no hacer lo suficiente por detener y controlar esto.

Lo que se necesita es una mayor programación de este tipo de actividades, coordinadas y presupuestadas por la administración municipal de Armenia e incluso la departamental, para que en cada municipio, se lleven a cabo actividades en donde los fuegos de artificio engalanen las noches y les brinden alegría y color a las familias quindianas, pero todo manejado con precaución y únicamente ante el manejo de los expertos.

Seamos conscientes y vivamos una navidad sin quemados.

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