eeSobre este delicado tema de las celebraciones ruidosas, tumultuosas, escandalosas que rayan en  la violación abierta y cínica de las normas de tránsito, de seguridad bordeando inclusive el código penal y generadas por los dos brillantes triunfos de la selección Colombia que clasificó a octavos de final de la Copa Mundo 2014, es mejor prevenir que curar, razón por la cual los medios periodísticos de la región en una sola voz, exigen de la administración local no solo mano fuerte sino drásticas medidas que eviten una verdadera tragedia en el futuro. Al equipo nacional le queda precisamente hoy otro partido importante frente a Japón y aunque ya está clasificado, el triunfo lo dejaría como uno de los equipos más fuertes del evento orbital, jugará otro partido por octavos de final que si lo gana, estaría en cuartos de final y a partir de ese momento no sabríamos decir si el equipo de Pékerman que ya tocó las miles de la gloria, iría a jugar la ronda final por el título. Soñar no cuesta nada, pero como está jugando el equipo, con la nómina que tiene y el aliento de todo un país, además de ser una de las escuadra mejor dotadas y preparadas técnicamente para los conocedores de la materia, no se haría nada extraño que el equipo de don José Néstor siga avanzando en sus inmensas pretensiones mundialistas.

Entonces, esto obligadamente tendrá que conducirnos a nuevas celebraciones que rayarían en nuevos y tumultuosos escándalos en nuestras calles como sucedió en los dos anteriores triunfos. Sobre el tema surgieron varias propuestas: suspender la pantalla gigante de la plaza de Bolívar, suspender durante el día del partido la movilización de motos en toda la ciudad y decretar la ley seca. Sin embargo, al cierre de esta edición no se sabía sobre algún decreto promulgado por la alcaldía de la ciudad, salvo la medida de restricción de parrilleros en motos ordenada por la señora gobernadora. Nuestro director le consultó a la doctora Luz Piedad Valencia en la noche del domingo sobre estos aspectos y la mandataria atinó a responder que “ operativos de seguridad de tránsito y puntos de control en toda la ciudad totalmente intensificados”. La verdad, cosa complicada, pues el pie de fuerza no es suficiente para controlar todos los desmanes y las locuras que se cometen en estas celebraciones, igual ocurre con el número de agentes o guardas de tránsito. Reiteramos, es mejor prevenir que curar y evitar una tragedia, la ciudad ya no aguanta más harina, agua, orines y grosería de tanto patán junto.

 

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