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A pesar de haber sumado ante el gigante del torneo, Quindío sigue naufragando en la racha de malos resultados, sin poder ganar y conformándose con dé a punto cuando tiene por ahí la oportunidad de empatar.

El lunes la historia se volvió a repetir, el onceno cuyabro que administró gran parte del juego y que siempre estuvo por encima del marcador no pudo sostener el resultado y al final terminó conformándose con otro doloroso empate, esta vez frente al América de Cali, partido jugado en Buga.

El tiempo se consume, el despilfarro de puntos empieza a pasar cuenta de cobro y una eventual clasificación por ahora luce embolatada. Es una situación incómoda por la carencia de resultados más allá de tener buenas presentaciones, hoy el funcionamiento y el rendimiento poco interesa, sirve sumar de a tres, sirve ver un equipo resultadista que vuelva a entrar a la conversación por el ascenso a pesar de ver equipos portentosos y con campañas sólidas.

Para el lunes Quindío vuelve a saltar a escena, en este turno el rival será el Valledupar, elenco que merodea la mitad de tabla, con una inestabilidad de números pero al fin y al cabo metido dentro de los ocho de manera temporal.

Es una linda ocasión para ver la mejoría del milagroso, es un día para despojarse de la amargura producida por el desarrollo del semestre y empezar a enderezar de verdad el camino. De aquí en adelante, y ante los requerimientos del torneo, Quindío está en la obligación de configurar la media inglesa, mejor dicho ganar en casa y empatar por fuera para pensar en no perderle la estela a los que comandan.

Hoy la campaña del Quindío se reduce a solo 14 puntos de los 14 partidos disputados, sin dirimir con la regularidad, aspecto negativo porqué es el momento de ver el repunte del elenco de Prince en la tabla de posiciones, juegue bien o mal,  pero que sencillamente gane.

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