suicidio_mexicoPor: Andrés F. Zapata

El fatídico incidente del suicidio registrado en la noche del pasado lunes, es un hecho que confirma y evidencia el deterioro social en el que nos encontramos.

El tema del suicidio es bien complejo y difícil de tratar. Siempre desde la parte externa decimos que es un absurdo únicamente pensar en quitarse la vida o de atentar contra su propia integridad física, pensamos y decimos en voz alta que estas personas que toman estas decisiones se “enfrascan en un vaso con agua” y que son cobardes al no encarar los problemas que tienen, viendo en el suicidio la manera más fácil y rápida de evitar confrontar las responsabilidades, sus emociones o sus fracasos, tildándolos de faltos de fuerza de voluntad o miedosos.

¿Pero alguna vez nos hemos puesto a pensar que estas situaciones se dan en consecuencia y como resultado del mismo trato que nosotros como sociedad nos estamos dando? ¿Acaso hemos pensado nosotros como seres humanos y como sociedad, que estamos haciendo directa o indirectamente para propiciar que estas situaciones se lleven a cabo? ¿Qué hacemos para persuadir a las personas que están a nuestro alrededor con cosas positivas? El suicida generalmente no toma la decisión de acabar con su existencia de un momento a otro, o únicamente por habérsele presentado un problema. No, el suicida es una persona con una cantidad de cargas emocionales y situaciones problemáticas que se van repitiendo constantemente, o van surgiendo una encima de la otra y se vuelven a final de cuentas una carga imposible de llevar para aquellas personas que son débiles mentalmente, o que quizás no encuentran ningún respaldo, ayuda o motivación a su alrededor que los ayude a superar los malos momentos.

Precisamente en esta carga que deben llevar a sus espaldas, sin tiempo siquiera para reponerse de las anteriores, entran problemas sociales, económicos, familiares, emocionales, de maltrato, de abuso sexual, de soledad, falta de afección, también problemas mentales, problemas patógenos y/o genéticos. En fin, la persona suicida vive de problemas en problemas y se presenta en personas desde el más joven, hasta el más anciano, desde el más pobre, hasta el más rico. El que es pobre que por problemas económicos, que porque perdió el empleo, que porque es maltratado física, sexual o psicológicamente, que porque vive en medio de violencia y conflictos, etc. Y el que goza de una muy buena situación económica, que porque se siente solo, que por que recibe poca o ninguna atención por parte de su familia, que porque es falto de cariño, que porque lo dejó su pareja, que porque abusa de las drogas, que porque tiene algún problema mental. Como podemos ver son infinidad de situaciones que se acumulan y generan estos fatales desenlaces.

En el Quindío hasta la fecha y con la muerte del joven que mencionamos, se suman 18 suicidios, y aunque con respecto al año anterior esta cifra ha rebajado, no es un índice de tranquilidad, puesto que a pesar de las campañas preventivas realizadas tanto por la administración departamental, como por las municipales, esta será una situación que seguramente se seguirá presentando, mientras que nosotros como sociedad no cambiemos nuestra forma de actuar ante las mismas personas que nos rodean.

Claramente las secretarías de salud del departamento en general, incluida la de la capital quindiana y respaldadas también por ONG´s, hacen un esfuerzo enorme por contrarrestar estas situaciones, llevando a cabo diversas estrategias que tienen como principal objetivo enseñar cómo se puede mejorar la capacidad de afrontar todo tipo de momentos negativos en cualquier público, sean jóvenes, adultos o ancianos. Esto dentro de lo posible, logra “positivos” resultados, evidenciados en la disminución de casos.

Lo más importante de todo, es lo que las oficinas de salud pública tienen para difundir y hacer entender a la ciudadanía en general, recurriendo a nosotros los medios para ayudar a extender el mensaje. No esperemos ver a un conocido, a un amigo, a un familiar, o simplemente a cualquier extraño de la calle sumido en absoluta depresión para alertar a las autoridades o intentar ayudarlo. No, de nosotros depende que diariamente podamos tener una mejor convivencia unos con otros, un mejor trato hacia las personas, sea un niño, un anciano, una persona de la calle. Todos somos seres humanos por igual y en nosotros está contribuir a que los problemas sociales que vemos a diario disminuyan, o al menos sean más llevaderos para nosotros mismos y las personas que tienen que afrontarlos. Siendo esta, una fuerte estrategia en la intención de disminuir los índices de suicidio y demás dolencias de nuestra sociedad.

Los hechos del último caso

La noche del lunes anterior fue la elegida por un joven con problemas de depresión, quien decidió por fin, dar por terminada su existencia, al lanzarse desde el puente La Florida en la ciudad de Armenia.

Tras el reporte de los bomberos municipales, al lugar de los hechos se acercaron funcionarios del gobierno, con un grupo de trabajo especializado, dentro de los que se encontraban psicólogos, los cuales intentaron por todos los medios convencer al joven de desistir de la fatídica decisión que ya estaba en curso.

En el lugar, el joven alcanzó a manifestarles que hace más de 20 días había dejado de tomar sus medicamentos, aumentando así la ansiedad y el deseo por llevar a cabo esta fatal determinación, al parecer causada por problemas familiares y laborales. Por otra parte los familiares manifestaron que el joven en otra ocasión había intentado acabar con su vida desde este mismo puente.

El joven, de tan solo 20 años de edad, quien además era paciente siquiátrico desde los 14 años y sufría de epilepsia, duró varios minutos con signos vitales estables, pero a pesar de que el cuerpo de rescate hizo todo lo posible por estabilizarlo, el paciente murió en el lugar de los hechos por la gravedad de sus lesiones.

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