El pasado martes la Selección Colombia cerró un año para enmarcar, un año, que no será del montón, por el contrario el 2014 fueron los 12 meses más gloriosos para la tricolor, el hecho de haber estado en unos cuartos de final de la Copa del Mundo, dejan el listón en un punto difícil de superar, incluso por esta misma generación de naturalidad en su expresión y carácter genuino.
Por: Cristian Marín Zuluaga
José Pekerman volvió a demostrar el gran manejo de grupo, el extenso concepto táctico aplicado en tantos años y también reflejo esa fortuna que porta cuando se sienta en un banquillo de selección, tal cual lo hizo con los procesos sub 20 en Argentina y con la mayores en el mundial de Alemania 2006.
Ante Estados Unidos y Eslovenia de nuevo los resultados favorables aparecieron, los lujos de James brillaron, la contundencia de Bacca, Teo y Adrian se asomaron en momentos determinantes para desequilibrar la pizarra, todo gracias al fenomenal presente en sus diferentes clubes.
En defensa Jeisón Murillo dejó una pauta para tener en cuenta, este joven y talentoso marcador central, quizás fue lo mejor que arrojó esta gira por el viejo continente, demostrando que sí hay recambio en la zaga cafetera para los compromisos venideros.
Pero definitivamente Colombia debe pensar en cambiar la mentalidad, en ubicar en su radar rivales de peso, que inviten a la exigencia, que no generen dudas sobre el funcionamiento y principalmente que llenen de confianza a un plantel que sin problema alguno puede jugarle de tú a tú con cualquier selección del mundo.
Midiendo el aceite
Terminado el paso de Estados Unidos por Europa, donde perdió con Colombia y fue goleada por Irlanda, Jürgen Klinsmann, DT del combinado norteamericano expresó su satisfacción por lo ejecutado en estos duelos amistosos, en donde enfrentó a equipos de jerarquía y le brindó la oportunidad a nuevos valores.
Dentro de su discurso el entrenador alemán, manifestó que para ser mejores deben medir fuerzas con los mejores, no importa el resultado, para Klinsmann los partidos amigueros simplemente son eso, experimentos antes de llegar a una competencia de alto vuelo. Creo que puede ser una gran reflexión a tener en cuenta en Colombia, porque claramente Eslovenia no es un contrincante para medir el aceite del grupo.
A lo mejor unos lo compartirán, otros no, yo solo he comprendido que si no hay beneficio económico para la Federación con estos partiditos de “pipiripao”, Pékerman busca rivales de bajo voltaje para darle minutos a jugadores que en sus divisas ni huelen la titular, mientras otros por problemas físicos no han logrando engranar dentro de esa regularidad requerida.
Lo claro es que el 2014 ha dejado su estela indeleble en la memoria del aficionado, este grupo tiene mucha potencia, y aunque puede ser difícil, vale la pena seguir soñando, logros aun no explorados por la Selección Colombia en toda su historia, como ganar una Copa América fuera de casa y avanzar un poco más en una cita orbital.
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