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Por: Eliecer Santanilla 

El masivo aumento de proyectos habitacionales y hoteleros a través de los denominados Fidis, ofrece a sus inversionistas altas rentabilidades  económicas y promesas de descanso con el apalancamiento de agresivas campañas publicitarias que explotan cualidades básicas de la naturaleza humana como el ego y el deseo, haciendo sentir a sus fideicomitentes partícipes de ambiciosos proyectos: megaestructuras y complejos a los que normalmente una persona del común jamás soñaría acceder .

¿Pero, qué son los FiDis ?

Los FiDis se denominan derechos fiduciarios, permitiendo a un inversionista participar en la propiedad de un proyecto inmobiliario. La gente pone un capital bajo la promesa de una rentabilidad futura. Pero esto no los hace una inversión financiera, y tampoco un título de valor por tanto, no garantizan una rentabilidad ni el retorno de la inversión en un lapso determinado como lo exponen algunas estrategias de mercadeo conexas a esta herramienta fiduciaria. Este mecanismo es hoy muy usado en la financiación de diversas obras.

Para la Superintendencia Financiera, la distinción que existe entre los dos modelos de inversión no es puramente formal, ‘por cuanto los derechos fiduciarios surgen de una relación contractual particular vinculada al proyecto, lo que hace que no cumplan con la característica de negociabilidad requerida para participar en el mercado de valores, es decir no tienen la vocación circulatoria para poder negociarse de manera ágil, sino que su transferencia está sujeta a las normas de cesión de derechos en los términos establecidos en la legislación civil y mercantil’. (Párrafo tomado del Diario la República http://www.larepublica.co/finanzas/derechos-fiduciarios-empa%C3%B1an%C2%B4-proyecto-del-bd-bacat%C3%A1_14323)

Sin embargo, cada vez son más los colombianos que sueñan con rentas de por vida, descanso en familia en instalaciones 5 estrellas, y ser propietarios, a la postre no siendo más que empresarios de ocasión incapaces de medir el riesgo de su inversión. 

Problema de muchos y  solución para unos pocos

Aún lejos de tipificar estafa, captación ilegal de dinero o un esquema piramidal a través de los descuentos por referidos, si estamos ad portas de un febril debate, donde podrán abundar ante la supuesta indiferencia de los organismos de control, audaces negociantes, incautos inversionistas, abogados oportunistas,  periodistas injuriosos o injuriados en un sueño de negocio que para muchos, por falta de información y de regulación podría ser una pesadilla. 

Inversionistas con los pelos de punta y los bolsillos vacíos

Proyectos inmobiliarios de gran acogida como el BD Bacatá llama la atención no solo por su altura, sino también porque su esquema de negocio y comercialización ofrece tan atractivos  beneficios como presuntas dudas y cuestionamientos para los expertos en negocios de esta índole.

El espejismo de las ganancias 

Así calificó la situación el equipo investigativo de Caracol Noticias en la emisión de un informe noticioso sobre el particular. Imagínese  sin saber que está pasando con su inversión, solo que con ella se construyó un lujoso hotel, que además funciona como la justificación perfecta ante cualquier reclamo, súmele que las rentabilidades no se aproximen ni de lejos, a lo que pregonan las vallas y la pomposa publicidad en los medios, y mucho menos a lo que la esbelta y simpática asesora de turno pudo asegurar, finalmente  siéntase pasando de ser, un cliente Premium a un inversionista minoritario.

Lo anterior, según dicen algunos inversionistas está presumiblemente sucediendo en el hotel Mocawa en la capital del Quindío, proyecto adelantado por la reconocida constructora Márquez y Fajardo. 

“A mí jamás me dijeron  que debía esperar 5 años para alcanzar el mínimo retorno, de ser así jamás hubiese invertido”. Afirmó el fideicomitente Willian Quintero, economista de profesión y analista de seguros, al ser consultado sobre su inversión dice que jamás se le dijo por parte de los promotores   que el Hotel  debía esperar más de 5 años  para llegar al valor mínimo de rentabilidad ofrecida en los cuadros impresos en brochures y portafolios promocionales.

Explicando también al igual que otros consultados que prefirieron no hacer público su nombre, que la inversión sin duda alguna fue determinada por la mediación de Best Western Plus, quien fungía como operador y ancla del proyecto, pues para nadie es un secreto la confianza que podía trasmitir la participación de una de las cadenas hoteleras más grandes y prestigiosas del mundo. 

Explica Quintero coincidiendo con otros fideicomitentes en que no hay claridad en la información, dejando entrever improvisación y que el negocio es orientado por gente conocedora al pie de la letra de todos los intríngulis del mercado inmobiliario, tomando franca ventaja de los vacíos existentes en la reglamentación local.

Ante el ojo crítico de expertos inmobiliarios y versados del mercado el sistema representa gran complejidad para el  pleno entendimiento del inversionista  común, perfiles muy lejanos al grueso de quienes han depositado su confianza en estos proyectos.

Los denominados empresarios de ocasión se pueden encasillar en cualquiera de los presentes títulos; dependiendo la postura, la información y la capacidad de interpretación que se tenga y la experiencia vivida: Socio, propietario, inversionista, financista, prestamista y ahora partícipe y en el peor de los casos víctima como dicen sentirse algunos  de los inversionistas  del Mocawa hotel Plaza o  ubicado en una estratégica zona en Armenia, la capital del Quindío, emporio del turismo rural de Colombia. Quienes según explica uno de los abogados apoderados por el grupo de accionistas inconformes, Luis Ángel Mendoza, estos fueron inducidos al error por la publicidad engañosa y del primer grupo de demandas presentadas a la fecha se han admitido varias y se espera que el número crezca de manera significativa. Denuncias orientadas específicamente a recuperar la inversión en el fideicomiso Mocawa Plaza.

Surge la hipótesis  sobre la posibilidad de que empresarios que están detrás de estos modelos sean negociantes experimentados en la bolsa de valores.

Y ante las dificultades que allí se acarrean por su rígida reglamentación han sabido buscar habilidosamente la captación de recursos del público, con una elaborada estrategia financiera y comercial legitimada con reconocidos nombres y entidades avaladas por la superintendencia financiera. Seduciendo a  pequeños inversionistas y empresarios de ocasión que creen encontrar en estas marcas el respaldo a su inversión, con proyecciones que jamás estarán fácilmente al alcance de la realidad.

En el caso ya cursan diversas demandas, una de carácter penal y varios embargos para la constructora, registrados en su certificado de Cámara de Comercio que no solo podría alertar a inversionistas sino también a proveedores de la nueva firma denominada KALUA con la que actualmente están operando.

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