BUCAROS2Es una vergüenza observar la tabla de posiciones del torneo de ascenso en Colombia y encontrarse con una penosa y dolorosa ubicación del Deportes Quindío, es lamentable encontrarlo en la décimo tercera plaza, de dieciséis escuadras en competencia.

Por: Cristian Marín Zuluaga

Es la repetidera de la repetidera. Un conjunto desalmado, sin sed de triunfo, sin amor propio por la empresa que les suministra el sustento de sus familias. Jugadores que no dimensionan el lote donde deambulan, una superficie de inmensas repercusiones para un futuro mejor o peor.

Escuchaba durante el fin de semana al Pecoso Castro después de la derrota del Deportivo Cali ante Envigado hablar de falta de compromiso, de entusiasmo, de regularidad. Hablaba de su posición como entrenador, y la desilusión que causaba ver caer a su plantel sin armas para pelear, y no por qué no las tuvieran, simplemente no les dio la gana de desenfundar ese potencial para darle vuelta a un marcador adverso, dentro de mi imaginaba en esa misma tónica en el Nano Prince.

Miguel se estacionó en una zona de confort, un escaparate donde las cosas malas y buenas se archivan de la misma forma. Luchar y no luchar, ganar o no ganar, jugar bien o mal, pareciera que se adherirá todo lo anterior  un mismo formato, sin contemplar los intereses propios y colectivos.

La campaña es deplorable, seis puntos en 8 salidas es infame para uno de los gigantes de la categoría. Volverse el comodín de campeonato no importa en el seno de la institucional. Ver como equipos sin menciones como Deport y Barranquilla nos pasean, y suman sus primeros puntos a cuesta del milagroso, nos reducen a pensar que somos la meca de la mediocridad.

La goleada del Bucaramanga la semana anterior, la verdad, no me sorprendió. En el oriente existen dirigentes serios, con ambiciones y ante todo hinchas del leopardo, por eso han apostado al regreso  a la elite, a su hogar después de tantos años de sentencia. Hoy Bucaramanga nos da sopa y seco, y los dígitos así lo demuestran.

Conclusión, estamos condenados a persistir en este embeleco de la B, sin dolientes, sin jugadores y sin un entrenador que se le pare en la raya al “patroncito Ángel” para mejorar la función de este circo de quinta.

Ojalá en esta semana de regocijo, Prince haya logrado cambiar su discurso y el chip del grupo para enderezar un camino espinoso sin rumbo.

Espero que  todos estemos confesados para el duelo de hoy ante el Deportivo Pereira, porqué si no, hay que a tenernos a lo peor ante el clásico rival de zona. Mejor dicho ahora en la irrelevante B vivimos nuestro auténtico viacrucis.

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