Me gusta ir a un sitio diferente a buscar lo que quiero. Allí, hay varios locales, pues es un pequeño Mall de comidas. Generalmente, ese lugar permanece lleno de personas que buscan acomodarse y pedir en el local de su preferencia. Me siento, miro, reviso y algo que noto inmediatamente es que a la niña que hace la limpieza del lugar, nadie la determina. Ni les interesa quién es.

Lo más importante es que ella haga rápido su trabajo, recoja, limpie, barra, trapee y se vaya. En una oportunidad, cuando la tuve cerca, la saludé y le pregunté su nombre. No saben que se llama Sandra, porque eso tampoco importa Porque es una persona, un ser humano y trabaja también.

Aprendí hace rato que, a todas las personas, por sencillas que sean y sin importar su trabajo se deben respetar y ojalá, conocer sus nombres

Casi al final del pequeño Mall, hay un local muy llamativo por sus ofertas.

Algunas veces, arrimo allí, hago mi pedido y en ocasiones me atiende Esther, otras Manuela o de pronto, Tatiana. Es la niña sobre quien hoy escribo: Tatiana.

Ella y muchos se preguntarán porqué la elegí a ella para esta nota. No tengo alguna razón especial, pero estoy seguro que ella tiene muchas historias y anécdotas para contar. Las tiene muy guardadas y no las conoceremos.

Sus expresiones, atención, el amor por su familia y forma de ser hacen que ella sea especial.

“Las cosas se ganan con esfuerzo”. Ese es un lema que ella tiene siempre en mente y lo aplica cada día.

Me refiero a Tatiana, porque la vi en su actuar y lo hace con seriedad, responsabilidad y mucha atención. Las demás niñas, también. Escribo niñas, porque para mí, lo son. Sin embargo, Tatiana tiene algo distinto.  

Es muy joven y bonita. Tiene pocos años y muchos sueños, anhelos, deseos. Vive con sus padres Leonardo y Laura y quiere verlos siempre felices. Tiene un hermano mayor, Yeison, quien reside fuera de la ciudad. Es su familia y ellos tres son demasiado importantes para ella. Su familia es lo primero. Adora a su papá, venera a su mamá y quiere infinitamente a su hermano.

Lucha por ellos y quiere ser mejor cada día no solamente para que se sientan orgullosos de ella, sino para ella sentirse orgullosa de sí misma. Para demostrar que vino a este mundo no solo a respirar y a vivir nada más, sino a vivir con metas que ella se ha propuesto.                                   

Cuando usa las gafas, luce como intelectual, pues uno de sus sueños es lograr lo que se propone. Cuando le pregunté sobre las gafas, me dijo que siempre las debía usar, pero que poco se las ponía.

No se resigna a ser empleada siempre. Quiere triunfar, tener su propia empresa y lo va a lograr.

Estudia y trabaja. Quiere terminar pronto sus estudios. Estudia ingeniería y ya está en cuarto trimestre. Avanza a ritmo vertiginoso, aunque tenga mucho trabajo donde está empleada.

Se ve siempre feliz. Atenta con los clientes que van, piden, requieren, afanan. Ella, con tranquilidad, despacha, va a la caja, sale a las mesas, limpia, vuelve, lleva, trae. Es solícita y muy atenta con todas las personas.

Prefiero no hablarle cuando la veo atareada y atosigada con tanto pedido y tantos clientes a su alrededor. Algunos piden en coro y no se les entiende. Les pide que hablen despacio y solo uno para ella poder anotar.

Cuando le reclaman porque hay demora y el pedido no aparece, ella les dice que sean pacientes, porque el servicio sale en el momento en el cual deba servirse. Así, todas las personas atienden, se sientan y esperan.

Su juventud le ayuda para no estresarse. Sabe que los clientes son así. Los conoce, los identifica, sabe sus gustos. Su don de gentes le ayuda demasiado. Es agradable, conversa poco, porque su concentración en el trabajo es lo importante. Así es siempre. Incluso cuando estudia. Le gusta leer, estar actualizada no solamente en sus estudios, sino en su vida.

Le gusta la música y tiene sus preferencias. Música muy actual.

La vida le depara lo mejor, porque es una gran mujer a su edad.

“No soy lo que me ha sucedido, soy en lo que me convertí mientras sanaba”.

“Las noches oscuras producen estrellas brillantes”.

“La vida es quien baraja las cartas, pero somos nosotros quienes las jugamos”.

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