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Por: Andrés F. Zapata

Aparte de 100 policías más, el Quindío lo que necesita es más educación y oportunidades

De acuerdo a las declaraciones recientes que el director de la Policía General Rodolfo Palomino dio sobre los altos índices de homicidios y delincuencia registrada en el departamento, y su intención por poner al servicio del Quindío, especialmente de su capital a 100 uniformados para remediar esta situación, saltan varias preguntas al aire. ¿Serán estos 100 refuerzos la solución a los problemas? ¿Cuáles son los frentes que se deben atacar primero? ¿En vez de invertir en elementos que generen más violencia, por qué no invertir en educación y concienciación para disminuir de raíz los problemas?

El departamento del Quindío, golpeado fuertemente por la inseguridad y violencia durante las últimas semanas, pretende sumar material humano profesional en la lucha que busca contrarrestar la delincuencia y los altos índices de homicidios registrados en lo corrido de este año 2015, los cuales ya superan el centenar, en una de las rachas más negativas para la comunidad y las autoridades quindianas, quienes pese a sus esfuerzos ven como la descomposición social repercute trágicamente sobre la vida de muchos quindianos.

Los 100 uniformados que desde este fin de semana comenzaron a operar en el territorio quindiano, esencialmente en su capital, Armenia, tienen como principal objetivo identificar a los líderes de las bandas delincuenciales quienes ejecutan las ordenes de homicidio y estructuran toda una serie de actos criminales que aquejan a la población en general, todo esto con el fin de darles captura y puedan responder por sus actos, brindando de este modo la recuperación de la tranquilidad y seguridad, notorias características del Quindío.

Sabemos de la urgencia de la mano dura por parte de las autoridades en contra de estas organizaciones delictivas o asociales que aisladamente cometen actos criminales en donde frecuentemente el respeto por la vida humana es el que está siendo vulnerado, y así mismo sabemos todos como sociedad que la violencia se tiene que acabar en nuestro departamento y que los homicidios deben ser erradicados del acontecer diario. Pero sinceramente ¿qué hacer para lograrlo? Es algo que todos nos preguntamos, si vemos como ahora cualquier motivo es excusa para violentar y asesinar a otra persona. Sea el ajuste de cuentas por motivos del microtráfico, las riñas callejeras, las deudas pendientes, los líos pasionales, la intolerancia e irrespeto con los que piensan o actúan distinto a nosotros, en fin, cantidades de situaciones que parecieran dar pie o el derecho para que cualquiera ultraje, violente o asesine a otro.

Muy bien lo de reforzar la seguridad en el Quindío y más aún en Armenia, en donde se han registrado gran parte de los homicidios, pero esto de la delincuencia y las organizaciones criminales son por así decirlo un “círculo vicioso” en donde el que suelta el poder, sea porque es capturado por la justicia o asesinado por sus contrincantes, es reemplazado inmediatamente por otro que quiere apoderarse de todo, y así sucesivamente.

Niños que dejan sus estudios por pertenecer a estas organizaciones delictivas, en donde por unos cuantos billetes y con la excusa perfecta de no tener ningúna responsabilidad se inmiscuyen o dejan persuadir para ingresar a este nefasto mundo a robar, extorsionar y asesinar a quien les ordenen, sin ningún repudio ni el más mínimo respeto por la vida humana. Todo por haber sido criados por padres que no se preocupaban por ellos o incluso siendo involucrados en estas bandas criminales por ellos mismos, o haber tenido la mala fortuna de relacionarse con las personas equivocadas, pertenecientes a una sociedad que por la falta de oportunidades, convicción por hacer las cosas bien y educación, terminan convirtiéndose en un cáncer que carcome y descompone todo lo que hay a su alrededor.

Muy buena la preocupación por parte de las autoridades nacionales para disminuir los índices de violencia, pero para  erradicarla de nuestra sociedad primero que todo se debe invertir en educación y oportunidades para que todos por igual puedan ser productivos y no vean en la delincuencia la mejor salida.

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