HABITANTE CALLE (1)Una cruda realidad que invade las calles de la ciudad, seres sin rumbo fijo que solo buscan escapar de su cruel destino.

Por: Angélica Bermúdez

Mirados con desprecios por la sociedad, dejados a un lado por sus familias,  cientos de habitantes de la calle encuentran en el frío asfalto su único hogar; muchos de ellos producen miedo, otros simplemente lástima o repudio ya sea por su aspecto físico o su olor nauseabundo que desprende de sus maltrechas ropas.

Pese a que la administración tiene proyectos  para crear centros de atención y lugares de paso, al parecer los esfuerzos son infructuosos, diariamente se ven más y más habitantes de la calle apoderándose del transitado centro comercial de cielos abiertos, allí no solamente los comerciantes, sino también propios y turistas, deben ver la imagen más desgarradora para un ser humano; un hombre, un ser vivo, un individuo buscando en la basura y los desechos algún alimento que permita saciar su hambre, desesperadamente rebuscan en la basura algún pedazo de pan como si fuesen ellos aves carroñeras y no seres humanos golpeados por la vida o pagando las consecuencias funestas de sus actos y malas decisiones.

Una realidad que pese a ser Armenia un paraíso para invertir, vivir y disfrutar; y ser el Quindío el departamento más humano del país, la crueldad de las calles refleja una ciudad y una región diferente. Cuándo podremos los quindianos ver políticas claras de atención a esta población que permita sacarlos de las calles y brindarles una real rehabilitación e incorporación a la vida nuevamente, cuándo los armenios dejaremos de toparnos en las calles con pequeños niños durmiendo en el frío y despiadado asfalto, una realidad que no se puede cegar, una situación que no se puede negar pero se puede cambiar si tan solo las administraciones lo quieren.

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