20121006063201Habitantes de la zona  de reserva Barbas Bremen afirman ser víctimas de hostigamiento por parte de la Empresa de Energía de Bogotá, según lo expresado por el ambientalista  Néstor Ocampo.  

Desde hace más de año y medio vienen siendo presionados  mediante llamadas  e invitaciones a supuestas reuniones donde les hacen firmar listas de asistencia que después son presentadas como pruebas de aceptación y complacencia al proyecto.

A casi un mes de  darse el  licenciamiento  ambiental al proyecto UPME 02 de 2009 que desarrolla la Empresa  de Energía de Bogotá, dueños de los 165 predios ubicados en el Distrito Especial recibieron edictos emplazatorios, (ver gráfica) donde se les otorgaba sólo tres días para comparecer  ante el Juzgado primero civil del circuito de Armenia.

La medida ha sido recibida como un proceso que vulnera los derechos de toda una comunidad, ya que este  territorio es reconocido  como un resguardo de incalculable riqueza natural.

María Eugenia Montes de Cuellar, empresaria de Armenia, y propietaria del predio La Ponderosa, en Hojas Anchas, recordó que en días pasados, funcionarios de la Empresa  de Bogotá entraron a su propiedad sin autorización alguna pretendiendo persuadirla sobre la instalación de las torres. La empresaria, quien reaccionó con un no rotundo, se enfrentó a los 6 meses  a una demanda por imposición de servidumbre, y también denunció  que la empresa capitalina  presenta reserva de dominio sobre  varios predios como si hubiesen adelantado algún tipo de negociación, lo cual resulta desconcertante para  las familias que habitan el sector.

“Nos están afectando el parque que hemos cuidado por más de treinta años.  Nosotros siempre nos hemos opuesto a este proyecto, nos ha llegado citación de un Juzgado de Pereira en donde debemos dar servidumbre obligatoria”, expresó Elkin Botero López.

López, quien ha salido en defensa del patrimonio familiar, manifestó con preocupación que el dinero que les ofrecen es insignificante frente a la devaluación de la tierra, ya que no  podrán construir  ni mantener  animales, mientras  unos empresarios se beneficiarán de por vida.

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