Promocionando su trabajo en Bogotá

Frente a la poca atención que Alba C.  ha tenido respecto a su trabajo musical en el Quindío, decidió viajar a la capital de la República para ser promocionado. Allí ha tenido amplia aceptación, y medios de comunicación le han dedicado amplias entrevistas que ha permitido abrir nuevos espacios en un mercado que, no siendo su tierra, sí le han puesto detenimiento especial. Encaja perfectamente la trillada frase pero cierta que nadie es profeta en su tierra.

En los 125 años de Armenia

Llegan las fiestas de Armenia y ojalá que se viva el buen comportamiento del público en cada uno de los actos. Primero, que asistan a los actos netamente culturales, llámese la parte pictórica, musical y actos centrales como el tedéum y reconocimientos. Aquí es donde se debe invitar a la población en general, a que conozcan los talentos y los protagonistas culturales de Armenia y el Quindío.

Ojalá que definitivamente desaparezcan actos bochornosos en el desfile del yipao, llámese la maizena o bolsas con agua. En esa educación, papel fundamental ha jugado la Fundación Territorio Quindío, quien ha hecho una campaña educativa al respecto, incluso, empezando desde los niños. Personalmente vi a su directora ejecutiva, Diana Giraldo, el pasado sábado en el Colegio Jorge Isaacs, motivando a la niñez para que tomen la importancia y el conocimiento sobre lo que para nosotros representa el yipao, patrimonio de los quindianos.

Una de las cosas positivas de estas fiestas en este año, y hay que abonarlo a la alcaldesa de Armenia, es haber sacado de la programación la cabalgata, evento que era un acto bochornoso que desdibujaba las fiestas. Me imagino que lo atractivo era exhibir unos caballos muy bonitos, no se discute, pero lo que exhibían era otra cosa, le decían a la gente que son tomadores de trago y que les gusta la música guascarrilera a todo volumen. A esto se le suma el olor fétido después que por las calles pasaban los ejemplares, porque el olor a estiércol y a orines no se los aguantan ni los mismos dueños de los caballos; claro, ellos seguían tomando en sus bares, y el desorden, que se lo aguante el pueblo.

Espero que este año no vuelvan a repetir la condecoración del Moncada de Oro, que de tiempo atrás lo han hecho, sencillamente por no investigar quiénes han sido los galardonados, y de manera improvisada, repiten esta condecoración.

Ojalá que estas fiestas estén colmadas de civismo y tranquilidad,  y que las familias enteras salgan a disfrutar los actos que se han programado para tal fin.

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Por EL EJE