Por: Andrés F. Zapata
La ola de violencia en nuestro departamento no se detiene, eso siempre lo hemos tenido muy claro, por épocas merma, por otras aumenta y aunque la Policía Nacional en el Quindío no cesa en sus actividades de lucha frontal contra la delincuencia, siempre esta pareciera llevarle un paso adelante, cada vez con más casos, más novedosos métodos y con un mayor número de personas inmiscuidas en este mundo criminal.
Precisamente al referirnos a un mayor número de personas involucradas, hacemos referencia también a que sin importar el sexo o la edad, por igual se delinque y se engruesan las listas de los actos criminales. Actos que en un gran número son llevados a cabo por niños, jóvenes menores de edad que debido a una mala orientación, al abandono por parte de sus padres y a las malas compañías, terminan siendo los indicados por los grupos delictivos para adaptarlos a sus necesidades y enseñarlos a cometer todo tipo de fechorías, las cuales generalmente se refieren al hurto, microtráfico y homicidios, los tres crímenes que nos tienen jodidos.
Lo ocurrido
Es por esto que semanalmente vemos el registro de niños homicidas, o niños que hurtan, o niños que mueren en medio de riñas a mano armada o niños capturados por porte ilegal de armas, tal como es el caso de lo recién acontecido en el municipio de Quimbaya, en donde en dos casos aislados, las autoridades lograron retener a tres menores de edad que portaban consigo igual número de armas de fuego, que presuntamente utilizaban en sus labores delictivas tales como extorsionar, hurtar e incluso asesinar.
Para las autoridades y toda la población resulta reprochable ver cómo estas organizaciones criminales, hacen uso de los menores de edad, puesto que contra ellos no es tan severa la ley y así mismo pueden evitar un castigo más severo por parte de las autoridades.
Resulta difícil, pero no imposible hacer mayor control desde los hogares, escuelas y diseñar mejores estrategias de educación que eviten que los niños de ahora sigan creciendo tomando como base para su futuro próximo, una vida criminal.
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