11034179_10152791146925847_5498087391776403707_nPor Andrés F. Zapata

Ante el fuerte sismo que se vivió el día martes en gran parte del país, y que por supuesto tuvo su repercusión en el Quindío, quedó demostrado que no hemos aprendido nada acerca de cómo reaccionar ante estas situaciones y mucho menos conocemos nada acerca de la naturaleza, explicación y parte técnica de estos desastres,  a pesar de haber ya vivido y sufrido uno de los peores terremotos de la historia aquel fatídico 25 de enero del 99.

Obviamente un fenómeno de esta naturaleza es para preocupar y ser precavidos, y para tomar medidas que nos permitan nuestro bienestar, pero tampoco para reaccionar como muchos y muchas que salieron de sus oficinas gritando, atropellando al que estuviera por delante, corriendo escaleras abajo como locos, sin percatarse del daño que pudieran ocasionar a ellos mismos o a los demás.

Fueron varios edificios y oficinas del centro y norte de Armenia principalmente, en donde se vio gente conmocionada y en shock. Repito, una situación como estas amerita medidas de seguridad, pero ante todo un buen proceder para no ir a ocasionar otra tragedia.

Horas más tarde y gracias a algunos medios de comunicación, las redes sociales y el voz a voz, se generó una peor confusión al conocerse un supuesto comunicado oficial de parte del Servicio Geológico Colombiano, en donde advertían de una réplica mucho más fuerte.

Al parecer todo se trató de una broma, ya que casi que de inmediato, las voces oficiales de estas instituciones informaron que esta noticia era una falacia.

Hago mención de esto porque a pesar de una experiencia tan grande como la que tuvimos, aún no conocemos nada acerca de estos fenómenos, y no sabemos cuándo alguien nos puede estar diciendo la verdad o engañándonos sobre un tema tan delicado como este.

 Por supuesto que es nuestro deber y responsabilidad saber del tema y cómo afrontarlos, para no caer en pánico.

Visitas: 0