Por Oscar Domínguez

Con motivo del día mundial de la prevención del suicidio he creído un deber con la humanidad con la que comparto contaminación ambiental, fútbol, lluvia, viento, parques, parqués, arco iris, horizontes, asombros, el mar, el ajedrez y manzanas…, hacer público un mínimo manual para NO suicidarse y durar hasta cuando San Juan -el cronista bíblico- agache el meñique.
Ante todo, el buen suicida debe cerciorarse de que está verdaderamente vivo. Si no verifica, carecería de tiempo prudencial para arrepentirse.
En esta materia siempre es saludable procrastinar, dejar para mañana lo que ibas a hacer hoy.
Loor al suicida amnésico que anunció con tres días de anticipación que se quitaría la vida. Cuando llegó la hora señalada, sufrió un fulminante ataque de amnesia y continuó su viaje a Itaca.
A veces, conviene tener buena memoria para recordar luego si hubo suicidio o todo se quedó en amague. Borges decidió suicidarse en compañía de su amigo Eloy Bioy Casares. «No recuerdo si finalmente nos suicidamos esa noche», anotaría luego “el último delicado”. Necesitamos de estos suicidas felices.
«Como vamos, vamos bien», gritó un inminente suicida cuando iba en el piso 48. Se arrojó desde el 49.
Alejandro Casona prohíbe suicidarse en primavera. ¿Será que en invierno, verano y otoño, son más baratos los entierros?
Un anónimo ilustre dijo: «Los suicidios más frecuentes son los ocasionados por el amor: pero la estadística no cuenta los que ha evitado».
Los intelectuales impuros se suicidan disparándose un mal soneto en la cabeza. Es cuando mueren en olor de poesía.
Mal ajedrecista y peor suicida fue el antillano Jeremiah de Saint-Amour, el primer personaje que aparece en la novela «El amor en los tiempos del cólera», de Gabriel García. ¿Qué es eso, Jeremiah, jugar ajedrez como aperitivo para suicidarse, si a la vida hay que sacarle punta hasta el último mate?
Un suicida es un egoísta a morir.

El suicidio puede ser peligroso para la salud, leí en una pared convertida en rotativoagracias (de nada) a un grafito

Un poeta dejó dicho antes de que apagara su propia luz: “hay que matarse para no morir”.
Al escritor colombiano Juan Carlos Botero lo salvó del suicidio el libro de Sábato «Sobre héroes y tumbas». Palabra de Botero.
Los libros de Sábato ayudan a morir a los muribundos, pero también ayudan a vivir a los vivos, concluyó bellamente Botero, hijo del célebre pintor Fernando.
Es de mal agüero suicidarse por el método de la ruleta rusa porque termina uno matándose con la bala que era para el vecino. (Más aburridor todavía es estar en el camino de una bala perdida).
En la eutanasia los pacientes se «suicidan» por interpuesta persona.
Hay quienes ven en esa ritual de anudarse la corbata frente a su espejo un frustrado intento de suicidio por ahorcamiento personal (¿).
Merece condena universal el método Cleopatra para el suicidio, haciéndose picar de un áspid. Áspides no aparecen todos los días.
Con la sobredosis de somníferos el sujeto se queda dormido para siempre. El suicidio en la silla eléctrica tiene sus bemoles: ¿qué tal que ese día señalado corten la luz por no pago?
Adhiero a quien dijo que uno puede quitarse la vida pero no puede quitarse la inmortalidad.
Francisco Uronde, poeta y guerrillero montonero argentino, dio argumentos más contundentes en favor de la vida: «Sin jactancias puedo decir que la vida es lo mejor que conozco».
Octavio Paz exaltó «el olvidado asombro de estar vivos».
«Gracias a la vida que me ha dado tanto», cantó la chilena  Violeta Parra y se convirtió en leyenda antes de decirle adiós a esa misma vida. “Uno, comadre, tiene que decidir el momento de su muerte [… Yo] decidiré el momento en que quiero morir», le había dicho a Margot Loyola. La argentina Alfonsina Storni se fue por la misma via que la Parra.
Por todo lo anterior, lamento que se haya suicidado el poeta Silva a quien de pronto visito en su mausoleo del Cementerio Central de Bogotá donde comparte eternidad con su hermana Elvira “bella solo de perfil”, como dijo alguno. (En la foto durante una serenata en honor un día de su cumpleaños el 27 de noviembre). (Estas líneas han sido sometidas a labores de latonería y pintura).

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