o-maltrato-facebookPor: Andrés F. Zapata

Como algo confusos se han catalogado los dos últimos registros de sicariato en el departamento del Quindío y sus zonas aledañas, siendo en ambos casos, mujeres oriundas del departamento quienes han fallecido a cargo de criminales que sin ningún reparo, enlutan la vida de sus familiares y amigos en hechos que son materia de investigación.

Como Kenlly Dahyana Toro Muñoz fue identificada la joven de 24 años de edad que fue ultimada en la ciudad de Armenia el pasado martes en la noche en el barrio Simón Bolívar, al sur del municipio quindiano.

La joven, que se encontraba con otras tres personas, dentro de ellos un menor de edad de 17 años, fue silenciada por unos individuos que sin mediar palabras dispararon contra la humanidad de la occisa, quien de manera instantánea murió en el lugar de los hechos, en donde a su vez, quedaron heridos en sus extremidades, los acompañantes de la víctima.

De Toro Muñoz se sabe que era residente del barrio Pinares, próximo al barrio donde se desarrolló el fatídico desenlace. Hasta el momento las autoridades continúan en sus investigaciones, puesto que no se conocía sobre amenazas o problemas que pudieran esclarecer las causas del atentado.

Por otro lado, la señora Nubia Isabel Tamayo Villabón oriunda de Quimbaya, fue asesinada en el vecino municipio vallecaucano de Alcalá, por un individuo que esperó el momento oportuno para atacarla, cuando esta se encontraba en las cercanías del cementerio de esta municipalidad.

El asesino le propinó dos disparos que acabaron inmediatamente con la vida de la quindiana, quien se desempeñaba como comerciante y deja a 4 hijos menores de edad.

Curiosa o infortunadamente este es el noveno miembro de la misma familia que es asesinado, estando incluso en amenaza otro familiar.

Grave situación entonces la que se presenta para esta familia, que al parecer tiene enemigo propio que se está encargando de extinguir el apellido. Es de vital importancia que las autoridades se apersonen del caso e investiguen los verdaderos motivos de estos decesos en este grupo familiar.

Preocupa ver como el sicariato ha ido de a poco generalizando y extendiéndose a cualquier género, edad, religión o clase social, siendo las mujeres, tal y como lo vemos en estos casos, un fuerte objetivo para los criminales al igual que los hombres.

No se puede permitir que la violencia se apodere de nuestra región, y para eso estamos en la labor de denunciar, informar y ayudar a las autoridades policiales para contrarrestar esta situación.

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