talesFotos: Juan Diego Lozano

Después de lo ocurrido el fin de semana anterior en el Coliseo del Café de Armenia, es evidente que los escenarios deportivos deben estar al servicio del deporte y no para reuniones de vándalos que, producto del efecto del licor y hasta sustancias alucinógenas, destruyen lo que encuentran a su paso; la alcaldesa y la gobernadora deben pronunciarse al respecto.

Por: Oscar Hincapié Vallejo

ESPECIAL PARA EJE NOTICIAS PERIODICO

Cada que se nos anuncia un concierto en Armenia y especialmente con la presencia de cantantes de música popular nos empieza a doler la cabeza a quienes estamos metidos en esto del deporte, y todo porque presagiamos las consecuencias de los que va a suceder a las instalaciones del estadio, plaza de toros o coliseo que se alquile para estos menesteres.

El anuncio de la “fiesta” pone los pelos de punta a dirigentes, directores técnicos y deportistas que empiezan a cavilar cómo les va a quedar algo que le ha costado tanto al Estado y que debe conservarse para eso, para la práctica del deporte. Los periodistas deportivos ponemos en grito en el cielo, protestamos, nos despelucamos, sacamos artículos, escribimos editoriales, les dedicamos programas radiales al tema, pero a la postre surge la misma disculpa por parte de quienes tienen la administración de los escenarios: “El presupuesto es muy bajo y por eso tenemos que alquilar para mantener el sitio”.

Los daños ocasionados en el Coliseo del Café, fueron producto del incumplimiento, según el artista Darío Gómez, por parte del empresario, y esto provocó la ira de los asistentes, quienes ya con mucho licor entre pecho y espalda querían ver su cantante preferido; la tomaron contra el escenario y lo destruyeron en gran parte, con los resultados que ya todos conocemos; pero lo más grave de todo, y según declaraciones del coronel Moran, segundo comandante de la Policía en el Quindío, es que los organizadores no requirieron de sus servicios; grave,  ¿verdad?

Las autoridades

Encabezadas por la gobernadora, la alcaldesa, el comandante de Policía, gerente de Indeportes, directora del Imdera y alcalde cívico y deportivo, debiera tomarse una tajante y clara determinación de no prestar los escenarios deportivos para este tipo de bochornosos espectáculos, que lo único que traen es malestar y desazón entre la ciudadanía; que les construyan una media torta o sitio donde puedan dar rienda suelta a sus gustos, pero no en el estadio o coliseos.

Dicen que por concepto de regalías disque hay plata hasta botar para arriba; entonces, que la utilicen en estas obras y que dejen el deporte quieto; si no le dan nada a la actividad muscular, al menos que no destruyan lo poquito que tenemos y que tanto nos ha costado.

Acciones y decretos severos es lo que necesitamos, y los famosos empresarios irresponsables que les hagan pagar hasta el último centavo y que cojan escarmiento, porque esta escena ya la hemos vivido muchas veces en la ciudad.

Señores, los escenarios deportivos para el deporte y no para el chupe y la ordinariez de quienes se toman un aguardiente, una cerveza y se meten no sé qué cosa por la nariz y quieren acabar hasta con el nido de la perra.

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