11025825_10153171438583278_1596991650795146896_nPor: Manuel Gómez Sabogal

Cristianos, católicos, anglicanos, musulmanes, religiosos, imagino que todos oraron durante esta Semana. Hubo iglesias, mezquitas, cultos llenos de personas que oraban, rezaban, cantaban, entonaban plegarias, sentían la voz de Dios, el abrazo de Jesucristo, el amor del Espíritu Santo.

Papa, Obispos, sacerdotes, pastores, ujieres, amigos, enemigos, todos hablaban de reconciliación, paz, amor, abrazos, sentimientos. Una Semana Santa para meditar.

Y cuando se dieron cuenta que el Papa anunciaba visita, la paz volvió a ser tema popular. Pero no entienden que la paz empieza en cada uno, no en la firma de un papel o en las palabras de un presidente empecinado en la paz, pero que no ve cómo la gente continúa matándose porque sí.

Padres, hijos, familiares empacaron maletas para alejarse del bullicio de la Semana Santa. La Costa, el eje cafetero, Panaca, el Parque del Café, las fincas eran los lugares predilectos y elegidos para la Semana Santa. Descanso.

Hoy, leo los periódicos, escucho la radio y veo en televisión las mismas noticias, las cuales no son tan malas, sino pésimas. Nada cambió. Ni las reuniones en iglesias, mezquitas y cultos. Ni el Papa, los Obispos, sacerdotes, pastores, ujieres, amigos o enemigos lograron cambiar nada. Las reflexiones, Siete Palabras, oraciones quedaron reducidas a su más mínima expresión.

Un país con un alto porcentaje de católicos, con cristianos que se reúnen a orar y cantar casi a diario, sigo sin entender por qué nada cambia.

Violencia en general, asesinatos, secuestros, violaciones, atracos, maltrato intrafamiliar, balas perdidas. Todo sigue igual. Niños violentados, niñas prostituidas. Nada cambió.

Hoy, creo que no hubo Semana Santa. Algunos creyeron que orando uno ó dos días, iban a redimirse para siempre, pero se equivocaron. No lograron cambiar absolutamente nada.

La Semana Santa acaba de terminar, pero la pasión continúa en mi bello país. Los asesinatos aumentaron en mi bello Quindío y algún periódico sigue dándole preponderancia a las matanzas. Imagino políticos orando con campesinos, en barrios, en pueblitos para que vean cómo son de inocentes.

Volvamos a la realidad. Mientras no haya verdadera sinceridad, compromiso y deseo de cambio, nada nuevo ocurrirá. Seguiremos siendo los mismos.

Hoy, leo los periódicos, escucho la radio y veo en televisión las mismas noticias, las cuales no son tan malas, sino pésimas. Nada cambió. En Kenia, asesinaron 147 estudiantes universitarios, pero nada pasa. A nadie le importa. En México hace a varios meses secuestraron a 43 estudiantes, pero la vida sigue igual. Aquí ya van 43 personas víctimas de las minas.

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”. Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.

Visitas: 0