Por: Libardo García Gallego (libardogarciagallego@gmail.com)

Hasta hace poco se invocaba la Ética, como sinónimo de transparencia en los compromisos personales con otros individuos, con la sociedad y con el Estado. Pero desde que a los supuestos pensadores modernos les dio por enterrar el racionalismo, anteponiendo las necesidades fisiológicas y las apetencias individuales a las responsabilidades sociales, ha surgido la corrupción en reemplazo de la Ética.

En el pasado la palabra era honrada con el cumplimiento de los acuerdos, ni siquiera eran necesarios los papeleos, los escritos mediante los cuales se garantizan las obligaciones contraídas. Hoy, así existan contratos de por medio, lo que cuenta es la astucia, el ventajismo, la trampa para obtener el máximo beneficio, sin tener presentes las doctrinas morales que obligan a honrar hasta los mínimos compromisos verbales.

Para qué listar ejemplos. Colombia está repleta de corruptos, desde los más altos cargos del Estado hasta los más humildes. Es obvio que si los de arriba dan el ejemplo, cómo no van a imitarlos los de abajo?. Pretelt, el Magistrado; Albornoz, el depositario de bienes enajenados al narcotráfico; Jaramillo y su combo, inventores de la pirámide Interbolsa; Uribe, uno de los promotores del paramilitarismo, son algunos de los casos de corrupción, pues la corrupción no se limita a saquear el erario, a embolsillarse los dineros del Estado, pertenecientes a todos sus habitantes, se extiende a todas las actividades prohibidas, ilegítimas e ilegales, que conllevan a obtener ventajismos ilimitados. Algo similar ocurrió en la Fifa y en el gobierno de Guatemala, y en el de México. De modo que si unos niños atracan a un taxista, lo hieren o lo asesinan para robarle su producido diario, eso es un delito aprendido de quienes debieron comportarse bajo los parámetros de la Ética.

En la canción “Las cuarenta” se dice “El día que quise ser bueno en la cara se me rieron” y más adelante “además corres el riesgo que te bauticen gil”. Este es el código ético que se practica hoy. Al alcalde que después de tres meses de ejercicio no se ha enriquecido lo empiezan a llamar pendejo. Y así es en todo. Según denuncia de Las 2orillas, a 20 congresistas les asignó Santos $112 mil millones de pesos en contratos, cuya realización está por verse. Es decir, además de sus exagerados salarios los congresistas reciben mermeladas multimillonarias. ¿No es eso corrupción, tanto de quien da como de quien recibe?

En resumen, dentro del Sistema Capitalista es imposible la transparencia porque el capitalismo es competencia, es llevarse al otro por los cuernos. Nadie se enriquece trabajando honradamente; los ricos lo son porque se han quedado con la plusvalía extraída a los obreros, con los engaños cometidos contra colegas menos pillos, o porque se han robado las tierras y las obras hechas por otros o porque han recibido coimas estatales. A esto lo suelen denominar libertad de empresa, un derecho humano que requiere ser limitado si de verdad aspiramos a un sistema de igualdad social.

La Ética ha muerto, sobre todo en la época del neoliberalismo, porque era un freno al enriquecimiento ilícito.

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