Por: Andrés F. Zapata
Para nadie es un secreto que una fuerte ola delictiva se ha apoderado del Quindío, principalmente de su capital y sus municipios más representativos, alterando la tranquilidad de la que es característico nuestro departamento. Hurtos, extorsiones y sicariato rondan diariamente la zona rural y urbana, y ya los quindianos hablan de que es hora para que la justicia social haga presencia, poniendo en cuestionamiento lo que se debe o no hacer para solucionar estas problemáticas.
Es que la descomposición social que vive nuestro departamento es algo que ha ido incrementándose en todos los aspectos, deteriorando el desarrollo normal como sociedad y los valores que se deberían de inculcar entre las familias, siendo esto, además de la pobreza extrema y la falta de oportunidades, el motivo para que nos toque vivir esta permanente violencia que golpea desde el más chico hasta el más anciano, incrementando las ganas de muchos de acabar con la delincuencia y cualquier flagelo que genere violencia de la manera que sea, así sea por sus propios medios e irónicamente, por medio también de actos violentos.
Sin entrar a especular, es claro según las mismas autoridades y la misma ciudadanía, quienes en muchas ocasiones están incluso más informados de la actividad delictiva que pasa en sus barrios, que varios de los últimos homicidios registrados en el departamento han sido por retaliaciones o ajustes de cuentas, queriendo esto decir que la gente está haciendo justicia por su propia cuenta.
De esto en todo lado se habla, los comentarios en las calles indican que la ciudadanía está cansada de tanto ladroncillo y de que sean estos mismos quienes anden armados con la intención de herir o incluso asesinar a sus víctimas si es necesario. Todo porque en su edad más productiva y de más vitalidad, les da por involucrarse en actos delictivos que obviamente les genera dinero
fácil.
En estos casos se puede decir que las opiniones se dividen, con respecto al que hacer de acuerdo al tema de la justicia social. Son muchas las personas que en medio de su ira e indignación manifiestan que lo que se viene presentando por estos días en el departamento es lo que se debe seguir haciendo, refiriéndose al hecho de matar al que la haya cometido, hacer justicia por cuenta propia y desaparecer a tanto joven o incluso adulto que se ha dedicado toda su vida a hacerle daño a los demás, a robar, a ultrajar, a extorsionar o incluso a matar al que se le pase por su camino, argumentando así, que esta es la única manera de acabar con la delincuencia que azota a nuestro departamento.
Pero por otro lado, la contraparte a esta opinión va más dirigida a orientar, reintegrar y darle una segunda oportunidad a todo aquel individuo que cometa algún crimen, independientemente del que sea, puesto que de ser bien encaminados pueden ser de gran utilidad para la sociedad. Claro que es una tarea sumamente difícil, puesto que el mismo gobierno con sus injusticias sociales y desigualdades son las que en un principio generan una cantidad de problemáticas que desencadenan en la violencia que hoy vemos en todo lado.
Nos dimos a la labor de preguntar a varios ciudadanos del común, acerca de que piensan de qué es lo que se debería de hacer con aquellas personas que son reincidentes en diferentes actos delictivos.
La pregunta es ¿haría usted justicia por su propia cuenta o les daría una segunda oportunidad?
Alber Velandia:
“Como primera medida deben es acabar con la drogadicción. Creo que este ha sido el peor de los males y es por eso que los jóvenes hacen lo que sea, incluso matan, con tal de tener para conseguirla. También me parece que el gobierno debería ser más duro con los criminales y establecer nuevas leyes que los obligue a pagar por lo que hacen. No soy partidario para nada de golpearlos ni mucho menos matarlos, la justicia divina es la que se encargará de hacerles pagar todos sus crímenes”.
Anny Baquero:
“No estoy de acuerdo con que maten a los delincuentes, pero tampoco con defender a los ladrones y sicarios. Me gustaría que a los que cometan crimines, cualquiera que sea, se los lleven no a una cárcel a que estén allá tranquilos pagando su condena, sino a algún sitio fuera de las ciudades y de la gente y los pongan a trabajar, para que sepan lo que es ganarse las cosas con su propio esfuerzo. Sé que la justicia es muy mala en este país y por eso tanto bandido, pero tampoco sería capaz de matar a alguien”.
Héctor Sánchez:
“Creo que lo más importante es darle una oportunidad a la gente. Si no hay oportunidades no hay nada que hacer. Hay gente que por el vicio o incluso mera necesidad es que cometen algún crimen. Sería bueno hacer una reinserción con estas personas, capacitarlos, orientarlos y tratar por todos los medios de “salvarlos” ya que estas personas, en su mayoría han sido jóvenes que viven en medios violentos y por eso se crían de igual manera. Nunca optaría por la violencia”.
Estudiantes del SENA:
“Nos daría mucha rabia eso sí que nos roben y nos quiten las cosas que nuestra familia con tanto esfuerzo nos han conseguido, pero creemos que eso no justifica el hacerle daño a la otra persona. Las cosas materiales se recuperan y uno en medio de la rabia puede hasta terminar perjudicado uno mismo. Aquí lo que se necesita es que el gobierno así como tiene para invertir miles de millones en armamento y en tonterías, igualmente invierta en educación y en proyectos de reintegración social a estas personas que se han equivocado”.
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