Es todo un príncipe y su mismo linaje le heredó no sólo la sangre o el apellido, sino también la vocación para ser El príncipe de la canción, pues José José contó con la fortuna de tener como padres al tenor de la Ópera Nacional de México, José Sosa Esquivel y la concertista de piano Margarita Ortiz, quienes apoyaron a este personaje a volverse un “preso de la cárcel de la música”.
Así las cosas, a partir de un 17 de febrero de 1948, cuando José Rómulo Sosa Ortiz vio la luz por primera vez, ya no pudo desprenderse de la más grande pasión en su vida: cantar. Y ni tardo ni perezoso, es apenas en los festivales escolares cuando el pequeño Pepe comenzó a resaltar por su talento vocal. Luego, siendo ya un adolescente en plena etapa de cambios, mientras estudiaba la secundaria, decidió formar un trío junto con un amigo y un primo, con quienes dio románticas serenatas que hoy valen oro.
El tiempo transcurría y aunque en la casa de José sus padres le exigían continuar con la carrera de mecánico en aviación, y por si fuera poco, oficialmente no se escuchaba otra cosa que no fuera música clásica. Sin embargo, él se las ingeniaba para de vez en vez encender la radio y disfrutar la música de sus intérpretes favoritos. En la lista contempló a Frank Sinatra y a Johnny Mathis.
Después de trabajar por un largo tiempo como cantante oficial de populares cafés como El Tropicana, El Farolito, Perla Negra, Elefante Rosa, La Llave de Oro, El Cazador y Apache 14, A plein Solei e Ipanema, por fin llegó la primera oportunidad. Se trató del disco sencillo El Mundo y Ma vie, mi vida, con los que José José comenzó su carrera en televisión en México.
¿Se imaginan a José José cantando y tocando jazz y bossanova? A pesar de que el Príncipe ya había dado el primer paso en su camino hacia la fama, como una muestra de su versatilidad, Pepe formó el trío Los Peg, en el que tocaba el contrabajo e interpretaba ese tipo de música.
Tras la dolorosa muerte de su padre, José Sosa decide tomar el nombre artístico de José José en memoria de su progenitor. Y al parecer la vida le quiso recompensar tan terrible pérdida, pues precisamente en ese tiempo, a finales de los años sesenta, es cuando logró grabar su primer disco en el que destacaron melodías hoy hechas clásicos como Sólo una mujer, Pero te extraño y Sin ella.
Momentos difíciles
En esta etapa que fue difícil para El Príncipe de la Canción en el terreno personal por las constantes peleas y olas de dimes y diretes con su ex esposa Anel y su hijos José Joel y Marisol porque la supuesta falta de apoyo; José José destacó la realizar una larga gira internacional que lo llevó a presentarse en varios países de Latinoamérica, Estados Unidos e incluso en lugares tan lejanos del continente africano como Egipto.
Sería en el año 2006 cuando el cantante incursionaría en el mundo de las telenovelas por una invitación que le hizo Televisa para participar en el exitoso melodrama casero llamado La Fea más bella. En dicha emisión José José compartió créditos con actores de gran renombre en la pantalla chica mexicana como Angélica María, Jaime Camil y Angélica Vale.
Un año después el intérprete de Gavilán o Paloma obtuvo la presea como Mejor Actor de Reparto que le fue otorgada por la revista mexicana TV y Novelas, ya que además la participación del cantante fue clave para el éxito del melodrama casero en su propio país y Estados Unidos.
Además de su música, El Príncipe de la canción se ha vuelto inmortal porque ya se le develó un busto y una estatua en su ciudad natal, además de que el Congreso y el Senado de los Estados Unidos de América también reconocieron su contribución a la Cultura de la Humanidad.
En el terreno musical, José José editó su último álbum hasta ahora, llamado Mis Duetos con el que además de obtener excelentes resultados de venta, entró a las primeras posiciones de distintos charts, como al Top Ten de Billboardpor su versión en reggaetón de Email-me que grabó a dúo con su hija menor, Sarita Sosa con la justificación de que “los tiempos cambian” y también incluyó al cantante pop Reyli Barba.
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