José Aristizabal

El Confesionario

Un quindiano que estuvo vinculado a las luchas sociales de Colombia durante la segunda parte del siglo pasado, fue congresista, participó de manera activa en  el proceso de Reconstrucción del Eje Cafetero después del terremoto de 1.999 estuve en el movimiento campesino, participó de varios movimientos sociales, al igual que en la lucha política y ya más maduro entró a la insurgencia; en un momento crucial para el país, formo parte del proceso y la firma de la paz con el gobierno. En los últimos años se ha dedicado a trabajar por lo que tanto le preocupa, como es la paz. Forma parte de esa generación que ha luchado por transformar este país, de su regreso de Europa donde estuvo por trece años y ya radicado de nuevo en Colombia, Eje Noticias Habló con José Aristizábal; un hombre con sensibilidad social.

Redacción Eje Noticias

Eje Noticias: Don José Aristizábal: Bienvenido al Quindío.

José Aristizábal: Muchas gracias, aquí muy contento de estar con mis paisanos, con mi gente que son parte de mi familia, viejos amigos con los cuales trabajamos juntos entre tantas cosas, en la Reconstrucción del Eje Cafetero.

E.N. ¿Hace cuantos años que no venía al Quindío?

J.A: Hace tres años que no volvía al Quindío.

J.A: ¿Dónde andaba?

J.A: Estuve un tiempo en Madrid, otro tiempo en Barcelona. Todo el tiempo en España hasta el año pasado que regresé a Colombia.

E.N: ¿Cómo encuentra el Quindío?

J.A: No he tenido mucho tiempo porque desde que regresé a Colombia es la primera vez que vengo a Armenia. Pero el Quindío siempre será ese jardín hermoso, veo que hay un avance en el crecimiento de la ciudad, sin embargo entiendo que en políticas públicas no hemos avanzado, veo que sigue el caciquismo y gamonalismo y cierta corrupción en la política, pero frente a esto habrá que esperar un despertar de los quindianos.

E.N: ¿Desde fuera, políticamente como se ve al Quindío?

J.A: En la parte política,  aquí ha faltado una renovación, un mayor cuidado con los bienes públicos y con el presupuesto que es de todos y la falta de esa renovación ha llevado a que se sigan enquistado familias con intereses clientelistas y que no haya la opción a políticos alternativos, sociales; que oxigenen esta situación en el departamento.  Veo que hay mucho desempleo, sigue gobernando el chance y falta más participación de la ciudadanía para que ejerza sus derechos.

E.N: ¿Y después de 13 años regresa con un libro Amor y política?

J.A: Es el producto de reflexiones que venía haciendo desde hacía algún tiempo y frente a las dificultades para transformar esta sociedad, acudo a distintos métodos y he pensado que el problema de la política hay que tomarlo de raíz, hay que volver al humanismo, para recomponer otros paradigmas, otras formas de pensar y de ver la política y es ahí donde nace esta preocupación de hacer una investigación sobre los temas del amor, de dónde surge el amor, pero mirado como una riqueza humana, como una potencia que puede ayudar a transformar la sociedad.

E.N: Entre Amor y política debe existir un punto de atracción, ¿cuál es?

J.A: La política es una pasión, estamos acostumbrados a separar política y amor como separamos la razón y las emociones, como separamos la conciencia del sentimiento y resulta que el amor es el más grade sentimiento, de solidaridad, de afectos, de reconocimiento, de empatía, el compañerismo, las afiliaciones. Estas son diversas manifestaciones del afecto y la solidaridad que tiene una relación muy grande entre el amor y las emociones. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a una separación de establecer una dicotomía, un dualismo entre estos dos aspectos, amor y conciencia, sentimientos y razón. Eduardo Galeano decía que somos seres sentipensantes y las ciencias cognitivas, la neurobilología nos muestra que pensamos con el cuerpo; que el pensamiento, la racionalidad no puede estar separada de los sentimientos y de las emociones.

E.N: Para usted ¿Armenia es una ciudad de más política o de más amor?

J.A: Aquí hay poco amor y poca política. Claro que hay solidaridad pero son chispazos pero tanto el Quindío como estas zonas aquí es espeluznante ver que la principal fuente de violencia no es el conflicto armado, sino la violencia intrafamiliar y esto demuestra que hay una deformación de lo que es el amor, el afecto de parejas, de familias, la formación de los niños; hay destellos de amor pero también mucho de posesión, de poder, de codicia, de dominar al otro en las relaciones de pareja.

E.N: Usted que estuvo tanto años en Europa, cómo se escucha allí el caso del Quindío primeros en desempleo?

J.A: Para mucha gente en el exterior no es relevante, no pesa; pero para investigadores, para estudiosos de la realidad sí hay una preocupación y no se explican cómo un departamento con tanta riqueza natural esté en esta situación. Porque uno viaja por la Cordillera central y ve que el Quindío es un jardín, es una riqueza de biodiversidad pero no se le da valor a esto. Aquí se podrían hacer grandes cosas de cadenas productivas con el plátano, con la industrialización del café, aquí hay cantidad de posibilidades de tipo económico y está la fuerza de trabajo y hay una tradición de la época de los colonos, de los fundadores, está el empuje de los quindianos. Aquí el problema son las políticas equivocadas que no permiten un desarrollo propio del departamento.

E.N: Durante este tiempo que estuvo en el exterior, seguramente muchas cosas aprendió y cuáles podría aplicar en el Quindío?

J.A: Digamos que aquí en el Quindío hay que trabajar estos temas de la transformación de la cultura política, que trabaje más la convivencia pacífica, el mejoramiento de las relaciones intrafamiliares, la reconciliación de los seres humanos entre si y la naturaleza. Sobre esto es mucho lo que se puede avanzar, sobre pedagogías para la paz y todo lo que tiene que ver con la resolución pacífica de los conflictos.

E.N: El escudo reza que somos un departamento rico, joven y poderoso. ¿Es cierto esto o qué nos hace falta?

J.A: Le falta una transformación de su clase política, mayor participación política de la ciudadanía, desplegar más las iniciativas civiles hacia la paz, la convivencia. El Quindío tiene muchas potencialidades, su ubicación geográfica, la riqueza natural que tiene pero falta planeación a largo plazo. Aquí hubo unos proyectos de Quindío 2020, donde se hicieron unos ejercicios pero no se pusieron en práctica. Aquí falta renovación de política, el Quindío  es un problema de élites y que las nuevas generaciones se expresen con nuevas ideas y propuestas sociales y culturales para el bien del departamento.

E.N: ¿Seguirá siendo el Quindío esa casa para José Aristizábal?

J.A: Claro que sí, estoy en Bogotá pero vendré con mayor frecuencia y quiero mantener los vínculos con viejas amistades, con la intelectualidad de aquí. Hay muchas cosas que me atan al Quindío.

E.N: ¿Me quedó alguna pregunta por hacerle?

J.A: Para nada, estuvo muy bien la entrevista. Muchas gracias.

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