Noticia-22El martes se ratificó el buen presente del Deportes Quindío. Un equipo obligado afrontar un calendario rocoso, con altísimo grado de dificultad, iniciando desde los más chicos en la tabla hasta llegar al top de la clasificación, es una clara radiografía de lo vivido por el milagroso desde la reactivación del campeonato de ascenso.

Por: Cristian Marín Zuluaga

Antes del “clásico” fui incrédulo, a pesar de tener el atenuante de las últimas presentaciones, ver en mi correo las extraordinarias estadísticas de mi colega y amigo Jorge Torres sobre los partidos recientes entre matecañas y cafeteros, me despertaron dudas. En realidad el saldo favorecía el conjunto de la perla de Otún, un equipo también condenado a estar en la B que ha sabido sacar provecho de sus paseos por el jardín del futbol.

Luego de ilustrarme gracias a los datos suministrados por Jorge, miré los últimos números del Quindío en el torneo, desde la reactivación del campeonato el conjunto cuyabro ha podido sonreír en cinco oportunidades de los ocho episodios que ha afrontado.

Hagamos el análisis. Claramente el primer semestre será para el olvido, aquel equipo endeble, limitado y sin alma, de repente  despertó, lo que era débil se volvió fuerte y lo que era fuerte se potencializó. Hoy el elenco cafetero goza de buena salud. Hay que reconocer que el inicio del campeonato para el semestre dos fue desalentador, primero perdiendo con Universitario y luego cayendo en el Hernán Ramírez ante el Deportivo Pereira. Esos dos golpes mañaneros, sacudieron al plantel de Prince, que encontró en rivales pequeños la manera de encontrar los errores y mejorar para pensar en el despegue. Y así sucedió, tanto Barranquilla como Expreso Rojo fueron los esparrin requeridos para recuperar la confianza y para puntuar de a tres, logrando un salto significativo en la tabla. Más adelante todo se empinaba, apareció el Unión y se capoteo con victoria. Llegó Bucaramanga y se igualó cuando el triunfo de los leopardos estaba cantado y el martes aterrizó en el Centenario el Deportivo Pereira y se fue no solo goleado, también preocupado porque un elenco, en un clásico, lo desnudó hasta más no poder.

Claramente vemos la evolución del cuadro cafetero, su fútbol, ha crecido montones y lo mejor es que ese fundamento deportivo se sostiene a base de resultados positivos, hoy reflejado en la octava posición del rentado de la B, cuando en un principio el túnel no mostrada ninguna grieta para tan siquiera pensar en una fuga de la humillación y vergüenza.

Prince choque esas cinco, no baje la guardia y siga, por favor irradiando esa esperanza de regresar a la primera categoría, el habita natural de uno de los primeros campeones del fútbol colombiano en la década de los 50.

La intensidad se debe mantener, la planificación debe ser la misma y el espíritu de combatividad se debe retener. Ya se logró lo impensado ahora simplemente se debe batallar por defender la locación en los ocho, ese puesto, lejano y todo puede ser el punto de partida para encontrarse con el retorno a la dimensión A.

El lunes al milagroso lo espera otro escollo complejo, Leones se introduce en esa serie de titanes seguidos que siguen respirando por truncar la cadencia del cafetero.

Se dé la indignación de la afición, conozco a plenitud el inconformismo desbordante los pésimos manejos de la institución, pero también soy consciente del esfuerzo que se está haciendo por llegar a los cuadrangulares resolutivos, por eso espero prender el TV el lunes y ver el estadio un poco más habitado de lo normal.

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