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Es indiscutible que el debate electoral que concluye el 25 de octubre próximo se ve enmarcado por dos fuerzas políticas que dirimen los cargos administrativos más importantes de la región, la gobernación y la alcaldía de Armenia.

Sala de redacción

Los dos sectores cuentan con candidatos propios extraídos de las entrañas de sus organizaciones. Por un lado Sandra Gómez Fajardo una reconocida líder popular que escaló peldaños paso a paso labrando un camino político que hoy la tiene a las puertas de convertirse en sucesora de su amiga entrañable la actual gobernadora. Sandra no solo fue líder comunitaria, concejal de Armenia, exfuncionaria del municipio, directora de la CRQ, sino que alcanzó una alta formación profesional que le permite ver con profundidad al departamento y al municipio que le caben perfectamente en su cabeza. Es una mujer fogueada y estructurada; mientras el candidato a la alcaldía de Armenia por el bloque de Cambio Radical, movimiento de firmas, ASI, Maíz, conservadores y liberales que no comparten el juego de la entrega sumisa de otros, José Manuel Ríos, es un hombre ponderado, centrado, dedicado al tema de las finanzas, exgerente bancario, con una dilatada carrera profesional que le garantiza al municipio el conocimiento, la transparencia y la sabiduría para dirigir los destinos de la ciudad. En este juego a la gobernación emergió Néstor Daniel García miembro de la dirección nacional de Alianza Verde que llegó y armó un escándalo de grandes proporciones por supuestas componendas y arreglos que vienen afectando su trabajo y su movimiento. Néstor Daniel fue igualmente candidato al congreso de la República.

Pero igual la maquinaria impulsada por el Partido Liberal ala de Emilio Valencia y Luz Piedad Valencia, unido al movimiento Misión Posible del sacerdote Carlos Eduardo Osorio como candidato a la gobernación se abre paso como el fuerte opositor de la campaña de Sandra Gómez.

Osorio es un curtido sacerdote experto en manejar fuertes nexos de contratación con diversas entidades del estado, seriamente comprometido en el proceso de reconstrucción después del terremoto, que al momento de anunciar su candidatura dijo que no  tendría ataduras políticas, pero que finalmente termino al lado de Andrés Pastrana, Emilio Valencia y toda la clase política de la región que no  tiene afectos con el gobierno seccional. Tanto que el cura Osorio se vio envuelto en el escándalo provocado por Centro Democrático que rechazó cualquier alianza con su campaña. Hoy el padre Osorio recorre la región como el gran candidato de la casa Valencia Franco. Tiene como su fórmula a la alcaldía a un hombre silencioso, callado, más bien tímido con la profesión de Filósofo, Carlos Mario Álvarez sin recorrido en el manejo de finanzas, recursos, y escasa experiencia como le sucede al padre Osorio, que sabe manejar el púlpito pero no un departamento. El tercer contendor es Orlando Mosquera un experto en sistemas que ahora enfrenta una encrucijada por las graves denuncias de la senadora Claudia López quien lo trato de delincuente.

En estas seis personas el Quindío sustenta su campaña política a 59 días de cumplirse las elecciones.

Ha sido una campaña pobre en publicidad para los medios de comunicación, donde los candidatos bien a gobernación, asamblea, alcaldías y concejos se han dedicado a tocar puertas y utilizar vehículos adornados con sus fotos para adelantar el proceso electoral.

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