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Por: Manuel Gómez Sabogal

Las ilusiones son pasajeras, los sueños, sueños son. El tren fue un medio de transporte utilizado en Colombia hace muchos años. Con el paso del tiempo y el deseo de algunos pocos, desapareció como por encanto.

Hace unos pocos años, se trató de revivir el cuento del tren de azúcar y café. Pero todo quedó como café con leche. Sin nada de azúcar. Es decir, el tren apareció y desapareció.  Fines de semana que sí y fines de semana que no.

Ahora, no sé de promociones, turismo, viajes La Tebaida – Buga. Cali o viceversa. Ahora, volvemos a vivir como cuando no había tren.

Y quienes no lograron subirse al tren en los días de gloria, es decir, antes de 1992, no conocieron lo que era bueno, agradable y barato. Porque se viajaba Armenia – Cali – Armenia. Y nuestra estación, abarrotada de viajeros, que subían y bajaban, esperaban, mostraba la vida del tren. La cafetería de la estación permanecía llena.

Ahora, no hay tren para pasajeros. El que se inventaron hace un poco más de dos años, fue el tren fantasma. Pasó sin pena ni gloria. Se inventaron el juego del Café y el azúcar. Los paseos turísticos. Es decir, quisieron revivir el tren, pero no se pudo.

Es que nadie iba a pagar más del doble para subirse a un tren en La Tebaida, llegar a Buga, cumplir su promesa y volver a La Tebaida a coger taxi. Es preferible viajar en bus. Es más barato.

Pero como todo aquí es así, nada pasó. A nadie se le ocurrió protestar, decir algo, los concejales, los diputados, los políticos se quedaron callados y el tren no volvió a salir, ni a llegar. A nadie le importó. El tren de pasajeros desapareció como por encanto, porque se sabe que es más barato que tomar un bus.

Si queremos que haya más turismo, volvamos a la época del tren, pero uno moderno, adecuado al siglo XXI. O ¿tampoco seremos capaces?

¿A quién se le ocurrió acabar con el tren hace años? ¿Quiénes no vieron con buenos ojos el auge del tren? ¿Serían acaso políticos que se volvieron dueños de empresas de transporte y prefirieron estas al  tren?

Por eso, estamos como estamos. Aquí, en el Quindío, nuestros políticos están en nada. No hay liderazgo y vamos en reversa. Mejor dicho, se fue el tren.

Y entonces, para contentillo de todos y como estamos en época de campañas políticas,  inauguraron hace poco el tren de carga hasta La Tebaida. Y llego con el color de las muñecas. Nadie dijo esta boca es mía. Fotos, prensa, besos, abrazos y volver a empezar.

Pero el tren, el que debemos tener, no aparece, ni vendrá. ¿A quién le importa?

Mejor dicho, se fue el tren

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