Por: Gonzalo Quiñones V. 

Sustentados en los delicados argumentos de los expertos en el manejo ambiental, quienes precisan que para producir un GALÓN de petróleo se necesitan 100 LITROS de agua.

Es bueno leer que se requieren 100 GALONES DE AGUA,  para que nos entendamos mejor y hasta preguntarnos de entrada: ¿CUÁNTAS PERSONAS SE TOMAN UN GALON DE PETROLEO? Juan Pueblo, que estaba en ese momento sentado al comedor “saltó de su silla” del impacto de semejante anuncio de quienes SÍ QUIEREN LA NATURALEZA y la defienden a capa y espada. Y casi llora porque la estadística es más vieja que la panela, como citan los campesinos. Y que los protagonistas de semejante acción empresarial y de “refinada y cobarde explotación” son ECOPETROL y la maraña incontable de entidades extranjeras-dizque altamente especializadas en el tema- que avaladas por el mismo gobierno se han apoderado de nuestra madre naturaleza y la han horadado, herido de muerte, y son los que nos tienen en este ESTADO DE SEQUÍA ASESINA. Es decir, cada uno de nosotros ¡dormimos con el enemigo! Y todos tan contentos, mientras que en un gran número de municipios y zonas rurales del país se vive un desastre y desangre de proporciones incalculables. Mueren niños  y ancianos; miles de animales domésticos y salvajes; los cultivos grandes y pequeños del pancoger se marchitan a pasos agigantados, mientras que los incendios forestales arrasan los bosques y praderas en dimensiones dantescas. Es toda una tragedia nacional, por la falta inexorable del agua, ah, y humana, desde luego.

Las zonas de las cuencas originarias de los ríos ya no están enmarcadas por los árboles frondosos, que la misma naturaleza en su sabiduría silenciosa provee, para que sean fuentes de vida. Todo pasó a la historia. Hoy son fuentes de ruina. Entre tanto seguimos disfrutando de la demagogia oficial, que frente a tanta mortandad anuncia, ahora sí, millonarios auxilios para paliar en parte y solo en parte, el CRIMEN OFICIAL COMETIDO y que debe impetrarse como CRIMEN DE LESA HUMANIDAD, por el descuido y la inversión de los valores y de las proporciones de sus responsabilidades ciudadanas, comunitarias y sociales que le demanda la misma Constitución.

Debemos conformar un frente común de defensa nacional con todos los medios de comunicación y las entidades medioambientales responsables, serias y con vocación de servicio, para defendernos de estos desmanes oficiales, que gozan de la  complacencia de los sectores políticos y de las grandes transnacionales que se pavonean en nuestra geografía y en los inhóspitos rincones de la tierra colombiana, abusando de los campesinos e indígenas sin ningún control. Defendamos nuestro territorio. Es una obligación patriótica, personal y de la comunidad entera.

 

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