maduro-chavez-3

El Ojo del Halkón

Por: Rubén Darío Mejía Sánchez

Se habla en estos días de los manuales de convivencia a raíz de un fallo de la Corte con relación al matoneo de que fue víctima un estudiante en un colegio de la Capital Colombiana, Peñalosa y Mockus también hablaron de esos manuales de convivencia y según tengo entendido eso está integrado en el Código Nacional de Policía, pero no sabemos en qué de tantos documentos que hay aparece esto a nivel internacional para la relación con los países vecinos.

Colombia en estos momentos, por no decir que desde hace varios años está siendo víctima de unas relaciones locas de unos presidentes de países vecinos que entienden, como dice el adagio vulgar “más de maternidad de gallinas” que de gobernar y de buen trato con quienes los rodean y tienen relaciones.

Tener a Venezuela al lado, la gran patria del Libertador debería de ser un orgullo pero en los últimos quince años esto se ha vuelto un verdadero infierno y locura, pues primero Hugo Chávez se creyó la reencarnación del Libertador, y a su muerte dejó a un inepto como Nicolás Maduro, que no ha sabido gobernar y que ha montado la parodia de que todo el mundo le persigue y tratan de darle muerte; pero no se sabe quiénes están más locos si el Presidente, que para colmo es constitucional porque fue electo por el pueblo, o sus seguidores.

El cuento sigue igual, “desde Colombia me quieren derrotar por orden del Imperio”, Hugo Chávez, y “desde Colombia nos están mandando los asesinos, la guerrilla, los ladrones y todo lo malo, por orden de ese señor que se llama Álvaro Uribe Vélez que trata de acabar con la República Bolivariana de Venezuela”, Nicolás Maduro, diría mi abuelo “la misma perra, pero con distinta guasca”.

Muchos no confían en las relaciones de Colombia con Venezuela, en manos de la Canciller Holguín, porque se habla de una gran amistad de ésta con Maduro desde que éste era Canciller de Venezuela y porque se cree que no tiene mano firme para manejar asuntos tan delicados como los que se están presentando en estos momentos, cuando Maduro ordenó cerrar las fronteras con Colombia para afirmar unas horas después que solo las reabriría cuando Colombia hubiera firmado la paz con las FARC, porque la violencia vivida  en Colombia se le estaba trasladando a su país y se olvida el  señor Maduro que la verdadera violencia que hay en la patria de Bolívar es la de los estómagos, las de la falta de libertades, derechos humanos y oportunidades de progreso en un país en donde unos pocos pueden alimentarse y los otros deben de mendigar haciendo infinitas filas para conseguir los alimentos y la asistencia médica; porque en este momento no hay derecho en Venezuela ni de morirse tranquilamente.

Visitas: 0