El fin de semana volvimos a digerir un poco de lo mismo, un Deportes Quindío inmerso en una racha terrible sin muchas esperanzas de poder lograr el cupo para los cuadrangulares, cuando el torneo ya empezó su etapa definitiva.
Perder con el Universitario de Popayán es otra de las tantas vergüenzas que demuestra el conjunto de Prince, jugadores desubicados, sin armonía y quizás lo más preocupante lo poco ornamental que se muestra el milagroso en su fútbol.
Para los desentendidos del cuadro cafetero, vale la pena informarles sobre la penosa derrota sufrida el fin de semana a manos del equipo caucano, un 2-1 tedioso, y un resultado que prende las alarmas, esto se consumen, las fechas van expirando y el Quindío señores ni fu ni fa.
Las distancias con el lote se van estirando, ya son 8 puntos que separan al Quindío del octavo que es Fortaleza. La producción es pésima, tan solo 18 puntos de 17 partidos jugados, eso no alcanza a llegar ni al 30%, mejor dicho el promedio de puntos por partido para el elenco de Armenia es de a punto por juego, un desastre.
Entre tanto Prince continúa como si nada hubiera pasado, Ángel se hace el de la vista gorda, y la escasa afición hace muchísimo rato perdió la paciencia. Esta situación se salió de las manos y si no se toman correcticos no se va alcanzar a clasificar.
Este lunes Quindío vuelve a saltar a la cancha, esta vez al Hernán Ramírez Villegas para chocar frente al Deportivo Pereira, un partido donde el honor debe aparecer, y los resultados se tienen que hilvanar para pensar en clasificar.
Desafortunadamente al Quindío no se le metieron refuerzos de peso, se mantuvo la base de otros torneos, pero esa base hace mucho tiempo se acostumbró a perder.
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