Por: Andrés F. Zapata
Nuevamente las tontas riñas entre los mal llamados hinchas de futbol, ciegan la vida de una nueva persona. Esta vez un joven de 19 años de edad, es la víctima de este fatal desenlace, en donde la ignorancia y la delincuencia juvenil vuelven a tomar protagonismo por asuntos que aún no caben en la explicación razonable de un ser humano.
En inmediaciones del vecino municipio de Calarcá, se dieron cita en pasados días los bandos de dos hinchadas de equipos de futbol del país, nuevamente los criminales vestidos de aficionados del Quindío y del Nacional, se enfrentaron a piedras, palos, machetes, cuchillos y cualquier otro objeto que sirviera para atentar contra la vida de su rival.
Luego de varios minutos de riñas y sin la presencia de las autoridades, uno de estos jóvenes fue por así decirlo cazado por sus victimarios, quienes como si se tratase de un objeto inerte e indolente comenzaron a acribillarlo a cuchillazos, provocándole la muerte casi que de manera instantánea.
El joven que obviamente también participaba en la riña e intentaba así mismo agredir a los otros, pereció en el lugar, sin darle tiempo a que alguien lo auxiliara y lo llevara con vida a algún centro asistencial.
Esta estúpida muerte, se suma a la lista negra de asesinatos por parte de jovencitos que en general no superan la mayoría de edad, convirtiéndose día a día en potenciales criminales, camuflados bajo la fachada de hinchas de un equipo de futbol, buscando así tapar su verdadera intención, robar, delinquir y asesinar.
Grave, pero real situación que enfrentamos a nivel nacional, pero al ser nuestro departamento tan pequeño en comparación con los demás, padecemos de un alto índice de casos repetidos y similares, poniendo en máxima alerta a las autoridades competentes para que evalúen y reestructuren su proceder y modo para judicializarlos.
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