10850258_903948852950895_1626523874410786745_nPor Cristian Marín

El martes los aficionados del Deportes Quindío de nuevo se dieron un banquete por cuenta del cuadro cafetero, gracias a su gran exhibición frente a Jaguares de Córdoba  en los primeros 90 minutos de la gran final del torneo de ascenso.

Con categoría y haciendo respetar su patio, el milagroso fue el único en la cancha, comprimiendo a un equipo felino que simplemente se redujo en su propio campamento a la espera de la arremetida del obligado a sacar ventaja. Afortunadamente el elenco de “nano” tuvo paciencia para esperar el momento oportuno de generar daño, enterrando en la etapa complementaria dos flechazos que lo ponen de nuevo en la órbita de la rama profesional en Colombia.

Ganar era la tarea,  la cuantificación no era arista para reparar, simplemente el Quindío debía dejar herido a los “felinos”, para llegar un poco más livianos al desenlace del domingo, liberando parte de la presión y la tensión que produce un epilogo en plena temporada de estas características.

En el Centenario Quindío reflejó autoridad, fue claro en su posesión de pelota y además contuvo las pequeñas escaramuzas del foráneo, esa fue la radiografía del compromiso, un cuadro cafetero elaborando juego, mientras Jaguares simplemente se dedicó a la especulación, al corte de trámite por medio de faltas y a intentar salvaguardar el cero.

Para la vuelta los papeles se invierten, Jaguares necesitado deberá pensar en cómo lastimar al Quindío, en cómo sacar beneficios de su localía; allí Miguel Augusto Prince tiene el conocimiento en pleno para soportar la envestida del cuadro costeño, esto sin duda puede terminar bonificando al milagroso ya que la apertura de espacios es casi un constante de juego que se mantendrá en Montería y en donde el visitante con jugadores de mucha movilidad puede terminar liquidando la serie a su favor.

Ya ha pasado un año y un poco más desde que tuvimos que soportar el escabroso descenso de nuestro emblema deportivo,  aquel partido contra Chico que nos removió el alma y nos volcó hacia una tristeza absoluta, ya solo es pasado. El presente es alentador, por fortuna el Quindío si saca su credencial de primera división y con todo el dominio del caso se ubica cerca de retornar a la liga profesional.

El domingo el partido es “jodido”, pero con una buena administración y un gran planteamiento en el tablero, seguro el Quindío apelará a su remoquete para cristalizar el segundo milagroso en sus más de 60 años de historia.

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