En la noche del lunes, festivo por cierto, los seguidores del Deportes Quindío seguramente dejaron sajar una tímida sonrisa tras el triunfo del equipo frente al Unión Magdalena. Un resultado fundamental en el objetivo de elenco de Armenia.
Ante el ciclón, la plantilla cafetera volvió a demostrar su mejoría, basada en la tenencia del balón y la eficacia, esa misma embolatada en la primera ronda del campeonato.
El partido válido por la jornada 22 deja un fresquito, no solo se le ganó a un rival complejo, con las mismas aspiraciones y obligaciones del Quindío, también se alcanzó una plaza dentro de los ocho, una colocación que lucía extraviada antes de reanudarse el campeonato.
Ahora la intensidad se debe mantener, los resultados conseguidos en las últimas cuatro presentaciones muestran evolución. Doce de doce son dígitos fantásticos y esto obliga al platel de Prince a sostener esa inmensa responsabilidad de regresar a la primera.
Muchos no creíamos con un repunte de esta naturaleza, con un jalón impredecible para volver a tomar protagonismo, pero así el viraje del torneo ha conducido al Quindío a estar de nuevo cerca del primer gran objetivo, llegar a los cuadrangulares, ojalá lejos del Bucaramanga, en otra playa, porqué el Leopardo claramente está hoy tres o cuatro escalones por encima de los quince elencos restantes del rentado.
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