Quimbaya siempre se ha caracterizado por ser un municipio tranquilo, donde fluye el turismo y las buenas costumbres, Sin embargo, en las últimas semanas ese remanso de paz se ha ido diluyendo ante la presencia de manos oscuras que a través del sicariato le aportan intranquilidad y temor a sus tranquilos habitantes, que ven como la paz se va destruyendo por personas que en muchos casos son ajenas a su propia tierra y en otros hijos que optaron por el camino del mal, consumidos en la droga y motivados a formar parte de grupos delincuenciales.
Precisamente hace unas horas la Defensora del Pueblo anunció que en el departamento si existe un reducto de una banda criminal conocida como los Rastrojos, una de las organizaciones más temibles y poderosas que operan en Colombia.
Quimbaya en otras oportunidades ha sido permeada por mafiosos de alto vuelo, que aprovechan su cercanía con el norte del Valle del Cauca para extender sus dominios territoriales en base al microtráfico. Pero frente a todas esas apariciones, siempre los gobiernos municipales y las autoridades, han neutralizado su accionar. Lamentablemente los episodios sangrientos se han repetido en las últimas semanas con consecuencias nefastas para la seguridad de sus habitantes.
El alcalde de Quimbaya John Edgar Pérez anunció ayer que ante el incremento en los hechos de sangre, se optó por convocar a un consejo de seguridad para el próximo lunes, donde se evaluará conjuntamente con las autoridades de policía e inteligencia y miembros del gobierno departamental, la real situación de su municipio y las estrategias que se utilizarán para evitar más muertes a manos de pistoleros.
Comenzando su actividad como alcalde y a mitad de periodo, el mandatario logró duros golpes contra la delincuencia, e inclusive en dos ocasiones hubo cambio de pie de fuerza de las unidades instaladas en la localidad, ahora se buscarán nuevos argumentos para garantizar la tranquilidad de los quimbayunos.
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