DSC00315Desde el momento en que la administración municipal dispuso del lote en donde sería ubicada la denominada Placita Cuyabra, destinada a convertirse en el espacio por preferencia para la venta informal de verduras y frutas, se pensó que sería la solución al incomodo problema que se presentaba sobre la carrera 16 en el sector del CAM, donde decenas de vendedores ambulantes se aglomeraban en la calle, ocasionando congestión tanto para vehículos como para transeúntes, quienes veían completamente ocupados los espacios por donde transitar. Hoy la realidad es otra, gracias a la falta de control y organización por parte de la alcaldía y el grave problema del desempleo, las calles de un sector aledaño repiten la complicada historia.

Por: Andres Felipe Zapata

Tal parece, este es un problema de nunca acabarse y más cuando las cifras siguen mostrando a nuestro departamento como uno de los que encabezan la lista negra de desempleo en el país. Es por este motivo que familias enteras se ven obligadas a rebuscar su supervivencia sin importar si pasan por encima de la ley u ocasionan incomodidad en el resto de la población.

Es cierto que en su momento, todo fue casi que perfecto. El sector del Centro Administrativo Municipal lucía agradable, con la zona descongestionada por el cumulo de vendedores era más y mejor la estética que se proyectaba, dándole a Armenia el estatus de ciudad capital que necesitaba. Pero de una u otra forma se sabía que no duraría mucho, la administración y entidades a cargo no dimensionaron la problemática que afronta el departamento en cuanto a la pobreza y el desempleo y pensaron que con acomodar a unas cuantas familias y comerciantes en este reducido espacio de la Placita Cuyabra se acabaría el problema.

Hoy la carrera 16 luce bien, descongestionada, libre casi que en su totalidad de vendedores ambulantes, pero el problema se trasladó hacia las afuera de la mencionada plaza, sobre la carrera 19 entre calles 16 y 17. Un completo desorden y ocupación del espacio público es lo que se ve, y las autoridades por ningún lado. Eso sin hablar de la calle 19 y 20 entre carreras 15, 16, 17 y 18 donde allí sí la aglomeración de vendedores ambulantes es de nunca acabar, ocasionando mayores desordenes y afeando el centro de la ciudad.

Como lo mencioné al comienzo de esta nota, somos conscientes de que las personas tienen la obligación de rebuscar su diario vivir para ellos y sus familias, pero sobre este caso tiene toda la responsabilidad tanto la alcaldía, como demás entidades y Secretarías encargadas, de lograr nuevos y mejores espacios para reacomodar a tanta gente que sin más opciones recurren al “rebusque” y trabajo informal para sobrevivir.

La tarea es bastante complicada, pero hay que hacerla. No se puede permitir que la ciudad siga cada día para atrás, mostrándose como detenida en el tiempo y con múltiples problemáticas que en vez de ser contrarrestadas, siguen y siguen aumentando.

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