Por: Andrés F. Zapata
Peligros en la vía, Estudiantes corren riesgos por falta de reductores de velocidad
Los niños, estudiantes de la Institución Educativa El Caimo, que queda ubicada a tan solo unos metros de la entrada de este corregimiento, ven su seguridad vulnerada por el peligro que representan los vehículos que pasan por la vía a toda velocidad, ya que solo se cuenta sobre la carretera con unas mínimas señales de tránsito para avisar a los conductores, pero no hay un elemento que los obligue a frenar, y así evitar una muy posible tragedia.
La vía que conduce de la glorieta del Club Campestre hacia el corregimiento de El Caimo en Armenia, siempre se ha considerado como una de las más peligrosas debido a la velocidad que cogen los vehículos que por allí transitan. Los amplios carriles y las largas rectas permiten el flujo ligero de los conductores que solo piensan en ahorrar tiempo en esta ruta, la cual recorren sin problemas por el buen estado en la que se encuentra.
El problema es precisamente este, que los conductores no van pensando en lo que hay más adelante, solo piensan en avanzar con mayor ligereza y recorrer el mayor trayecto posible, más cuando se trata de enormes camiones provenientes del puerto de Buenaventura y que se desplazan a toda marcha hacia el centro del país. Ellos, en sus imponentes automotores pueden ocasionar un accidente grandísimo, no solo hablando del tema de la institución educativa, sino también por la inmensa posibilidad de colisionar contra otra tractomula cuando parecieran disputar una carrera a toda velocidad, o al invadir el otro carril para adelantar y obligando a los otros automóviles o motocicletas a casi que orillarse en la vía y frenar para no ser embestidos por estos salvajes al volante. Lo que es peor aún, es que esta situación se ve a diario y a cualquier hora del día sin el control de ninguna autoridad de transito que regule la velocidad de estos vehículos y haga respetar las normas.
Retomando el tema específico y central de esta nota, es indispensable para la seguridad de los estudiantes, docentes y administrativos de esta institución, que sobre el carril que conduce hacia el corregimiento en mención, se pongan varios reductores de velocidad, ya que tan solo se cuenta con unas marcas en el suelo que indican que a unos cuantos metros hay una zona escolar. La verdad algo nulo y absurdo para la complejidad y peligrosidad del caso.
Sobre el carril que va en el sentido contrario sí hay más elementos de señalización y prevención, pero los afectados no se explican por qué sobre el otro lado, que incluso resulta más peligroso por quedar sobre una curva, no se ha hecho nada para solucionar este problema.
Los niños salen por el lado donde son más vulnerables a un accidente, es por esto que este tema debe ser revisado urgentemente y darle una solución efectiva. Sería lamentable tener que registrar una tragedia, para que ahí si se tomen acciones correctivas. Igualmente con el tema del control a la velocidad, no se puede permitir que porque es una vía en perfectas condiciones, se convierta en todo un circuito de carreras donde la imprudencia y la velocidad sean los factores más peligrosos para la seguridad.
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¿Y quién responde por los lotes?
Deplorable la situación que se ve en la capital quindiana con el tema de la cantidad de lotes abandonados y que pareciera no se pudiera hacer nada con ellos, puesto que o la ley no lo permite, o sus dueños no aparecen o no quieren ni pueden hacer nada con ellos.
Pregunto yo entonces, ¿y quién responde por los lotes?
Son decenas de estos inmensos espacios que ocupan media o cuadra entera y que albergan basura, escombros, proliferación de plagas y roedores y en ocasiones esconden a maleantes que se ocultan luego de cometer sus fechorías.
Es una lástima ver como la ciudad en relación a este tema, nunca se pudo recuperar luego del terremoto que dejó a su paso estos espacios que nada bueno le traen a Armenia, quedando a la espera toda la ciudadanía de proyectos que den una solución definitiva.
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