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Violencia en el Quindío necesita respuestas contundentes

Por: Andrés F. Zapata

Los alarmantes y crecientes números de personas asesinadas durante este año en el Quindío, solo terminan de evidenciar el alto grado de degeneración en la que estamos cayendo como sociedad, en donde la intolerancia y los temas relacionados con los negocios ilegales, son los principales causantes de las personas asesinadas, que sin importar si se trata de inocentes o culpables, son vidas humanas las que se encuentran siendo vulneradas.

Véase como una tragedia o no, la situación en el Quindío es una realidad que se refleja en todos los rincones del departamento, sin dejar de lado edades, ni sexo, ni estratos socio económicos, ya que a todos por igual nos está involucrando y perjudicando.

La gravedad del asunto se percibe más, cuando por parte de las autoridades y las distintas administraciones, quienes se supone son los organismos y entidades encargadas de brindar la tranquilidad y seguridad que la gente necesita, solo se dan respuestas mínimas que para nada logran erradicar o al menos disminuir este flagelo que destruye a la sociedad.

Sabemos que todo el país padece el rigor del aumento de una sociedad y juventud delictiva, que abandonan sus hogares a temprana edad para ganar dinero de la manera más fácil y sangrienta posible, ya que estas organizaciones, por más “lucrativas” que parezcan, siempre están en medio de balas, huyendo de la justicia y dejando muertas a su paso a cientos de personas inocentes, pero para contrarrestar esto nada se está haciendo.

Mucho menos en nuestro departamento, que al no ser el foco de la importancia comercial o económica a nivel nacional simplemente no recibe el apoyo necesario, teniendo en cuenta que somos, hablando principalmente de la capital quindiana, una de las ciudades con mayor índice de criminalidad registrado durante lo corrido de este año en comparación con otras ciudades de mayor importancia y tamaño.

Y es que tan solo en este 2015 al mes de abril, se han cometido 31 asesinatos más que la misma fecha en el año anterior, mostrando así un evidente y horroroso dato de 83 casos de homicidios para un 45% de aumento de este crimen con respecto al pasado 2014. Cifras escalofriantes y vergonzosas, que ponen en manifiesto el incremento de bandas delictivas dedicadas al microtrafico, la intolerancia cada vez más grande como sociedad y la escasa reacción por parte de las autoridades, que se han quedado cortas para batallar contra estos criminales.

Precisamente para intentar mitigar un poco esta ola delictiva, la administración departamental, en cabeza lógicamente de su mandataria, designó a más de cien uniformados de la policía para que refuercen las labores de lucha contra la delincuencia común que tanto está preocupando a los quindianos, y en especial a los habitantes de Armenia, esperando con esto que al menos se controle un poco este flagelo que nos desangra como sociedad.

Es claro que de la noche a la mañana la delincuencia común no se erradicará, pero es indispensable más mano fuerte por parte de la justicia, leyes y castigos que involucren por igual a los menores de edad, mayor presencia por parte de las autoridades en los barrios y sectores de más conflicto, y más academia y concientización para que los valores como familia y como sociedad no se pierdan, ya que de ahí se desprenden las acciones futuras de las personas y se dictamina si se va a ser una persona de bien o un criminal.

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