rata_1346948004_1401802178En medio de la cumbre del fútbol más grande que haya tenido en un auditorio, el caldense Álvaro González Álzate fue exaltado por su media centuria en la dirigencia del fútbol colombiano, la que comenzó en 1964 cuando recibió de su hermano Carlos Ernesto el Comité Municipal de Manizales.

Han sido 50 años desde un pequeño escritorio en la sede del antiguo Coldeportes hasta la máxima rectora del balompié aficionado, la Conmebol y la Fifa de la que hace parte como veedor o inspector de estadios, delegado y asesor, es decir, se codea con los máximos directivos de la Federación Internacional en Buenos Aires o en Zurich, en Asunción o en Ciudad México; en Río de Janeiro o en París; en Armenia o en Manizales.

Hace rato superó el millón de millas después de aterrizar en aeropuertos de 120 países, siempre atento a alguna decisión a favor o en contra de un calendario, un campeonato, un torneo, un escenario, un partido, un futbolista, un empresario o un técnico.

El hombre de la memoria fotográfica, intacta como cuando revisaba carnés en la Liga de Fútbol de Caldas y sabía cuál era falso o cual tenía la fotografía que no correspondía. Tenía conocimiento de los jugadores expulsados en cada jornada y hasta su casa la convirtió sin quererlo, en oficina para entregar documentos o firmar permisos.

González Álzate, se convirtió en  zar del fútbol colombiano no por suerte, ni por palancas o por tener padrinos. Llegó a la cúpula de la Federación y a la presidencia de la Difútbol por capacidad, porque es de los pocos que conoce la letra menuda de los reglamentos y las normas de todo lo que tiene que ver con este deporte en el mundo. Así lo demostró cuando en medio de muchos debates la Fedefútbol dio un giro ante las denuncias o peleas que casó González con León Londoño Tamayo.

Es lo mismo aquí y en otro lugar

Para él es igual de importante una reunión con Blatter, Pelé, Maradona, Platini, Bedoya, Yesurum, Aristizábal, Gómez, Osorio o el niño que apenas inicia en una cancha de vereda. A todos los mira por igual; para este caldense todos hacen grande el fútbol mundial.

En Termales Otoño, Álvaro González Álzate, “carroloco” como le dicen sus más allegados, le rindieron el homenaje más grande que ha recibido en su ascendente carrera. Le entregaron los honores con escudos, medallas, placas y pergaminos. La Alcaldía de Manizales, la Gobernación de Caldas, Ligas de Fútbol, la Federación, la Dimayor, el Concejo, la Asamblea, el Once Caldas, el Colegio de Árbitros, la Acord Caldas y el más sentido, el de su hermano Gilberto conocido como “tobita” quien estampó emocionadas  frases como reconocimiento al hombre que es símbolo de esfuerzo, tenacidad, compromiso y amor por esta disciplina que corre tras un balón.

A la ceremonia promovida por la Liga Caldense de Fútbol que preside Fabio Alberto Aristizábal Gómez, asistieron todos sus hermanos y demás miembros de la familia, sus amigos de infancia, periodistas, árbitros, empresarios, políticos etc. Es que había un motivo trascendental: Brindar por el dirigente más grande del fútbol que ha tenido este departamento y uno de los más importantes del país.

En la mesa principal le acompañaron su esposa Marleny, fiel testigo  de las tristezas y las alegrías que a su amado le ha deparado el fútbol y su nieto menor. Es que sus hijos Álvaro Andrés y Lina, sus nietos Santiago y Tomás, yerno y nuera integran este equipo inseparable que siempre está atento a los partidos que en cualquier parte del mundo se juega su capitán.

Han transcurrido 50 años y pese a muchos intentos por un “golpe de estado” de sus pocos contradictores, nadie le ha movido la silla. Y creemos que pasarán otros, hasta que Don Álvaro González Álzate decida dar el paso al costado.

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