manuelgomezPor: Manuel Gómez Sabogal

En estos días, conversando con un amigo, me decía: “realizar un evento es demasiado difícil. Piden papeles y ponen trabas como para no hacerlo. ¿Cómo harán los corruptos?”. En serio, cómo harán. Para ellos es tan fácil robar. Encuentran espacios, colaboradores, ingenuos, incautos, pero logran su cometido sin que casi nadie se entere.

Estamos tan acostumbrados a los malos que vemos obras y algunos se limitan a decir: “Está hecha, aunque robaron”. Otros, levantando los hombros, dicen: “Que roben, pero que roben poquito”. Y aquí se siente un escozor. Granas de salir corriendo, porque no hay caso.

Desde ayer, noticieros de radio y televisión y además, los periódicos están repitiendo mañana, tarde y noche, la biografía de otro de los prófugos de la justicia. Un prófugo que aprovecho la distracción del mundial y hace poco más de un mes desapareció. Los escoltas “no volvieron a saber nada”. Tan raro, pero tan normal. Estamos tan acostumbrados, que ya eso no interesa. Es más importante saber qué equipo ficha a James, si Falcao sale del Mónaco.

Algunos están esperando las novelas de los canales para ver cómo siguen matando, cómo se reparte la droga, cómo dominan los malos. Porque los malos, son los héroes en un país arrevesado.

Esta mañana, le dedicaron más de 15 minutos a pasar todo el prontuario de quien se halla prófugo, está escondido, desaparecido, guardado, embolatado. Y además, reseñaron vida y milagros del personaje.

¿Por qué no hacen lo mismo con quienes trabajan, se esfuerzan, se sacrifican, luchan y buscan oportunidades para otros? Definitivamente, los anti héroes son más importantes. Gratis, pantalla para los malévolos, corruptos, asesinos, miserables y ladrones de cuello blanco.

Los periodistas están listos para las noticias de estos individuos llenos de maldad a quienes muchos siguen y los tienen como los hombres que saben robar, nunca los agarran y disfrutan el dinero guardado, años después.

Los maldadosos superan las marcas en todo sentido. Mientras unos pocos defienden los colores del país, luego de haber recorrido niñez y juventud en medio de una gran pobreza, otros, los que han tenido todo, quieren seguir amasando fortuna gracias a que se les presentan todas las oportunidades para cometer fechorías. Son inclementes. Roban y roban y vuelven a robar. Si son detenidos, recurren a los abogados más prestigiosos y su castigo termina en casa por cárcel, porque no son peligrosos. Luego, escapan, viajan sin problema alguno, porque nadie los detiene al pasar a tomar aerolínea. Imagino que los despiden con un “feliz viaje, doctor”.

¿Alguien me puede explicar por qué para los medios son más importantes los malos, los perversos, los ladrones de cuello blanco, los corruptos, los asesinos?

¿Por qué la gente buena que trabaja, lucha se esfuerza para lograr sobresalir y los medios  poco o nada dicen sobre ellos?

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