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Aún no salimos del asombro por la súbita desaparición de Carlos Humberto Hurtado Granada. Infortunadamente la muerte ronda los medios periodísticos en el Quindío, el sábado fue Javier Arango Arango el Culebrero, y esta fría tarde del martes el Covid se llevó a un gran hombre, un excelente amigo y profesional en la reportería gráfica, Carlos Humberto Hurtado.

Lo conocí en el año 97 cuando llegó con una mochila al hombro y su camarita fotográfica al Diario de Colombia ubicado en la carrera 16 con calles 24 y 25 de Armenia. Carlos Humberto se presentó buscando una oportunidad como reportero gráfico y se quedó. Allí comenzó una fulgurante carrera que lo llevó a los primeros lugares. Muy rápido se ganó la confianza, el respeto y la admiración del grupo de trabajo por su inigualable condición humana. Allí dio sus primeros pasos en la reportería, allí se pulió y se lució, pero al igual recibió el bautizo con el apelativo que lo identificaría y acompañaría hasta el momento de su muerte este martes, “pintadito o pintaito” con pandebono y buñuelo. Fui y lo puedo decir con certeza, uno de los que promovió ese apelativo. Carlos Humberto se abrió paso al lado del hoy triunfante reportero nacional Héctor Fabio Zamora, premio Simón Bolívar y Príncipe de Asturias. Otro gran reportero que forjó su historia al lado nuestro y al lado de “pintadito”, amigos entrañables y de siempre. Jamás olvidaré la trágica tarde del 25 de enero del año 99 día del terremoto. Pintaito o pintadito, me acompañaba en la malograda sede del Diario de Colombia, cuando la tierra se sacudió a la 1:19 minutos, siempre me aguardaba, me esperaba y respetaba mis disposiciones y ese día no sería la excepción, estuvo a mi lado en los momentos más críticos. Ya para entonces Héctor Fabio Zamora formaba parte del equipo de El Tiempo teniendo la inmensa responsabilidad de cubrir la tragedia que curiosamente lo catapultó al éxito y a la fama, Zamora se encumbró en su vida profesional. El terremoto enterró nuestro diario, pero Hurtado me acompañó en ese y en otros esfuerzos escritos, El Extra en su fugaz circulación y posteriormente en los inicios de EJE  NOTICIAS PERIÓDICO, allí estuvo el ojo, el pulso y el lente de “pintaito” con estoicismo, gallardía y lealtad, nunca claudicó hasta cuando sus pasos lo llevaron a cumplir nuevos retos en la actividad reporteril desde los gobiernos municipales. Nunca vimos triste a Carlos Humberto, su sonrisa y alegría era contagiosa, hombre transparente, carismático y excepcional profesional, dueño de las mejores calificaciones. Hoy se marcha Carlos Humberto dejando un inmenso legado familiar, su hija a quien nunca desamparó en medio de las agudas crisis. Estamos de luto, jamás pensamos que partiría primero este gran hombre afable simpático, sencillo y profesional. Nos duele en el alma la muerte del gran pintaito o pintadito con pandebono o buñuelo. Dios lo tenga en su Santa Gloria amigo.

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