especialEl tema de salud y de ayuda a las personas más necesitadas es una grave falencia que afecta a cientos, miles de habitantes quindianos, que en medio de su pobreza, no encuentran a dónde acudir para mejorar su situación.

Por: Andrés F. Zapata

Toda una vida en la cama

A sus 31 años de edad, Jhon Faber Orrego Toro, no conoce lo que es valerse por sí mismo. Una grave enfermedad a los 4 meses de nacido lo postró de por vida a la cama, donde sus padres, dentro de su extrema escases económica y sin la ayuda permanente de ninguna entidad, han tenido que arreglárselas para sobrevivir.

Una meningitis fue la causante de la desgracia de esta familia, que reside actualmente en una humilde vivienda de la manzana 3 del barrio La Fachada al sur de Armenia. Desde el momento del desafortunado suceso en el comienzo de la vida de Jhon Faber, todo se transformó en angustias y el incesante temor de no tener la manera de proveer de ayudas, medicamentos y las atenciones requeridas para hacer más llevadera su vida.

La situación económica nunca ha sido una buena aliada en la vida de la familia Orrego Toro, su madre, la señora Beatriz Toro Hernández, es una luchadora incansable que a pesar de las circunstancias ha llenado de amor y compañía a su hijo, quien pese a ser un adulto, depende completamente del cuidado de su progenitora que durante las más de tres décadas de vida de su hijo, no ha hecho más que tocar puertas de empresa públicas y privadas con la única intención de encontrar una ayuda que logre proveer de una mejor calidad de vida para el afectado.

El padre de Jhon Faber, un señor de 72 años, tan solo recibe 150 mil pesos cada dos meses por parte de la pensión del Adulto Mayor, la cual sumada con unos pocos pesos extras que gana aparte, les sirve a duras penas para subsistir, viéndose constantemente en dificultad para comprar los alimentos, medicamentos o pañales que su hijo necesita.

¿Y que hay con las ayudas?

Doña Beatriz ha acudido a cuanta entidad pública y privada se le ocurra o le aconsejen que vaya con la intención de que su caso sea considerado y tenido en cuenta para brindarles diversas ayudas que permitan subsanar la existencia de su hijo. Pero lamentablemente han sido más los NO que ha recibido como respuesta en las diferentes entidades a las que se ha acercado, prolongando constantemente su angustia y obligándola a rebuscársela como sea todo lo necesario, al menos lo mínimo para su hijo.

Tan solo hace unos meses se le adjudicó el derecho por parte de una empresa de salud, a que mes a mes pudiera recibir unos cuantos pañales para Jhon Faber, siendo al menos esto una pequeña ayuda. También por parte de la administración municipal, ha recibido la ayuda de la Secretaría de Desarrollo Social por el programa Punto de Apoyo, donde auxilian a familias y personas en condición de discapacidad con ayudas complementarias como pequeños mercados, Ensoy, colchón antiescaras y algunos elementos de aseo; hecho que doña Beatriz agradece enormemente pero que pide que sea algo más constante, puesto que dichas ayudas las recibió hasta principios del año pasado y en lo que va de la fecha no ha vuelto a ser tenida en cuenta.

Una grave problemática en la ciudadanía

Casos como el de la familia Orrego Toro hay por montones en nuestro departamento. Tan solo en la misma cuadra donde vive esta familia, existen al menos otros dos casos que requieren atención. Uno es una señora de 79 años de edad que vive sola y enferma, ella necesita urgentemente por lo menos de un subsidio económico o alimentario. El otro es el caso de una joven, madre de tres niños, de los cuales una de las niñas es sordo muda y presenta algunos problemas mentales, siendo necesaria una intervención quirúrgica y de terapias para intentar revertir un poco se degradación. Ambos casos en extrema pobreza.

Cantidad de personas en discapacidad y con una situación económica bastante complicada es lo que abunda en los distintos municipios del Quindío, con la desdicha de no tener ninguna entidad que en realidad esté comprometida en ayudarlos.

Y es que analizando la situación, aparte de las ayudas que cuando pueden brindan en la Secretaría de Desarrollo Social de Armenia, no existe ninguna otra entidad ni de los municipios, ni del departamento en general que se ocupe de este tipo de casos. Hay entidades de auxilio para desplazados, madres cabeza de hogar, familias en extrema pobreza y otras situaciones, pero lamentablemente y como dice doña Beatriz “¿Quién atiende este tipo de casos? ¿Dónde queda nuestra condición?”.

La verdad es que hace falta más compromiso por parte de la gobernación y por parte de las alcaldías de los municipios. Deben realizarse exhaustivamente mayores seguimientos, análisis, estudios de los miles de casos que se presentan y por supuesto de los que realmente necesitan las ayudas. Es claro que puede ser una inversión enorme, pero si se consigue el dinero para otro tipo de cosas y proyectos que a ciencia cierta no son tan prioritarios, entonces por qué no hacer un mayor esfuerzo para hacer de la vida de estas personas, algo más llevadero y tranquilo.

Hago énfasis en decir que se debe analizar quienes son los que verdaderamente necesitan las ayudas, existen muchos indolentes y avaros personajes que reciben algún tipo de ayuda y, o venden lo que les es suministrado, o hacen un mal uso de sus beneficios y llegan nuevamente con engaños a reclamar más ayudas, haciendo que estos programas limiten más los auxilios y no se les pueda ser entregados a los verdaderos necesitados.

La familia Orrego Toro, clama por una vivienda propia que les ayude a vivir más dignamente y evitar ser echados de todas partes por la falta de pago, consecuencia de su complicada situación económica.

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